ɴᴇᴘᴏ ʙᴀʙʏ [ᴘᴀʀᴋ ᴊᴏɴɢꜱᴇᴏɴɢ | ᴊᴀʏ]

1

Jay se despertó a las cinco de la mañana para llegar a tiempo al aeropuerto, tenía que llegar un poco antes de lo normal ya que era un vuelo internacional y no quería perderlo en caso de tener algún problema con los documentos.

— ¿Te vas a ir tan temprano? —preguntó su mamá cuando lo vio saliendo de su habitación

— Si, no quiero llegar tarde.

— ¿Estás seguro de que quieres ir? Corea es muy diferente a Estados Unidos y la escuela es más exigente.

— Es mi último año, y no es como que vaya a entrar a la universidad.

— Aún podrías cambiar de opinión.

— ¿Me van a pagar la carrera de artes?

— Hijo... —dijo su madre suspirando

— ¿Si te dijera que considero al modelaje como un arte?

— No es lo mismo que estudiar artes.

— Está bien —dijo el chico tomando su pasaporte de la mesa— Me voy, no quiero llegar tarde.

Unos minutos después de despedirse de su mamá el chofer lo llevó al aeropuerto donde tuvo que esperar mucho menos de lo que había previsto así que aprovechó para desayunar algo. Entró a una tienda de conveniencia y se compró un sándwich y un jugo, después fue a documentar el equipaje y pasó a la sala de espera donde durmió por unos minutos hasta que anunciaron su vuelo.

Estaba viajando de Seattle a Corea para vivir con su papá o al menos en un lugar que él está pagando. Tomó la decisión de ir a Corea porque desde hacía unos meses lo estaban presionando para escoger una carrera pero ninguna de las que escogió les terminó de agradar así que su papá sugirió que trabajara en Hilton Models, su agencia de modelos. Pero no todo era tan simple, aún tendría que graduarse de la preparatoria ya que estaba empezando su último año.

La escuela realmente no lo hacía muy feliz, si le gustaba ir para estar con sus amigos y trataba de esforzarse en clases pero ahora no sabía que iba a pasar. Podía hablar coreano bastante bien pero no conocía a nadie y no tenía idea de qué tanto trabajo costaría hacer amigos debido a las diferencias culturales a parte de que no sabía qué pensaría la gente si se enteraban que iba a ser modelo en la agencia de su papá así que estaba decidido a no decir muchas cosas sobre él o su familia.

A pesar de que llegó justo cuando iba comenzando el ciclo escolar decidió no ir la primera semana, aunque terminó faltando casi dos, con la excusa de acostumbrarse al ambiente y poner en orden todos los papeles que le iban a pedir a parte de sacar su licencia porque en Estados Unidos casi no utilizaba el transporte público y en Corea aún no tenía la menor idea de como usarlo.

— Hola hijo, ¿Cómo has estado? —preguntó su papá, quien lo estaba visitando de sorpresa

— Bien, ¿Qué haces aquí en miércoles?

— Entiendo que quieras acostumbrarte al ambiente pero los maestros necesitan que vayas lo más pronto posible a clases.

—Está bien, mañana voy.

— También quería hablar contigo del trabajo.

— ¿Cuándo empiezo?

— Sé paciente. En unos días se va a abrir un casting para la nueva subsidiaria, entonces a principios del próximo mes tendrías tu primer trabajo.

— ¿Yo voy a estar en esa subsidiaria?

— Si, quieren abrirla para modelos menos experimentados. No te voy a poner en Hilton tan pronto.