No entiendo que manía tiene la gente con intentar arreglar este desastre.
En el fondo me gusta estar rota.
Me gusta escuchar canciones nuevas y viejas, y entender su letra mejor que nunca.
Me gusta poder coger un papel e inspirarme solo con pensar en él.
Me gusta él.
Y no termino de asimilar nunca que no va a volver.
Porque lo sé.
Es algo que sé con seguridad.
No va a volver.
Y yo aún y todo, le seguiré esperando.
Joder, me siento imbécil.
Todo este tiempo gritando en mi mente lo que le quería, cuando otra le entregaba amaneceres en mano.
Estúpida.
Ya no siento nada.
Solo dolor, rota, destrozada, desarmada.
Frágil, pequeña muñeca de porcelana.
Imposible de recomponer.
No intentéis arreglarme, estoy alimentando mi mente.