Ya no se como decirte lo que siento.
Te quiero en prosa, en novela o en teatro.
Deja de decirme qué tengo que sentir.
Deja de decirme qué es lo que necesito.
A ti.
No es nada nuevo.
Necesito que tus llamas enciendan mi fuego.
He dejado de verle sentido a todo.
Hace mucho que no duermo, solo lloro mientras paso las horas en la cama.
Aquella habitación dónde te besé en cada rincón.
Aquella cama dónde me abrazaste diciendo que nunca me soltarías, que tus cadenas se romperían cuando dejases de quererme.
Supongo que por eso sigo esperando como una idiota.
Todavía no se han roto.
Dime que recuerdas aquella estrella fugaz.
La primera que habias visto.
Te dije que pidieses un deseo, y susurrándome al oído me respondiste que no hacía falta, que conmigo todo era perfecto.
No me digas que has olvidado tu risa junto a la mia, tus abrazos y tus llevadas de la mano a plena luz del día.
No me digas que no he cambiado.
Tú me has cambiado.
Ahora soy más depresiva, algo más suicida y cómo no, más propensa a caer cuando me encuentro en el fondo.
Deja de decirme como quererte.
Deja de decirme que no quiero al de ahora.
¡Cambia joder!
Que yo cambiaré contigo.
