Milagros [ Shinichiro x Inupi ]

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Inupi lo sabía, sabía de sobras que su presencia en la enfermería no era bienvenida. No porque no tuviera excelentes habilidades médicas, sino por esa sombra que asustada a la mitad de los campistas allí.

Y es que ser hijo de Apolo, y descendiente de Hades no era algo bueno.

Cuando llegó al campamento nadie lo sabía aún, todos estaban muy sorprendidos que aquel tranquilo niño fuese hijo del Dios del Sol. Pero cuando se reveló que alguno de sus antepasados había sido un Dios, más en concreto el Dios del Inframundo, todo cambió.

Sus hermanos empezaron a dejarle de lado y a prohibirle la entrada a la enfermería, a pesar de que el muchacho era un magnífico doctor.

- ¿Seishu Inui? ¿Tú eres Inui?- preguntó un muchacho un día que el rubio paseaba solo por el campamento Mestizo.

El chico era unos años mayor que el rubio, su pelo oscuro y su blanca piel estaban manchados de una sustancia negra.

-Sí, soy yo ¿Pasa algo?- su respuesta era tajante.

-Puedes ayudarme con esto- enseño las palmas de las manos, heridas y en muy mal estado, hasta diría que infectadas.

-Por los dioses... -Murmuró con horror al ver el estado de esas manos- Tengo que llevarte a la enfermería ya.

Inupi agarró al muchacho por el codo y se lo llevó casi corriendo. Al llegar todos le mandaron miradas de odio, hasta que observaron con quien venía acompañado, Shinichiro, líder de la cabaña de Hefesto.

Uno de los hijos de Apolo se acercó y al ver esas manos dijo:

-Ve a esa camilla de allí, en un segundo te atiendo.

Inupi estaba por darse la vuelta cuando el mayor lo paró.

-Le he pedido a Inupi que se ocupe de mí y va a ser él quien lo haga.

La voz del mayor era solemnemente y nadie se atrevió a contradecir al mayor, y lo dejaron solo con el otro chico, quien miraba incrédulo al mayor.

-¿Qué, me vas a curar o no?

Inupi salió de su ensoñamiento y corriendo fue a buscar todo lo que necesitaría.

-Voy a empezar, lo siento si te duele.

-¡Oh! No te preocupes, creo que he perdido toda sensibilidad que podía tener en las manos- Habló el mayor mientras reía.

Inui empezó a curar las manos, las limpió y las desinfectó, para luego suturarlas y vendarlas. Habían sido perfectamente unas dos horas de trabajo, pero el rubio estaba muy satisfecho.

-Y... ¡Listo! En un par de días tendrías que estar como nuevo.

-Gracias, pero no sé si podré estarme quieto.

-No te preocupes, siempre tengo tiempo para revisarte. - "porque eres mi único paciente" quiso añadir Inupi, pero no se atrevió.

Shinichiro se despidió del menor quien no tardó en salir de la enfermería, vagando por el campamento hasta que llegó la hora de comer, él como siempre iba a comer apartado, cuando escucho su nombre y una mano vendada se agitó en el aire.

-¡Inupi, por aquí! - Shin lo llamó.

El menor no pudo evitar sentirse cálido al ser llamado y se sentó a su lado.

-Él es Seishu Inui, quien me ha curado las manos.

-¿Ha sido él, jefe? - habló uno.

-Ha hecho un buen trabajo- dijo otro.

-¿Crees que podrías mirar las mías?

-Hey, hey, hey, calma chicos que lo estáis agobiando- Habló Shin- estoy seguro de que Inupi no tendrá ningún problema con atender todas vuestras peticiones, pero ahora a comer.

Tokyo Revengers en el Campamento MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora