➸❥JiSung acaba de comprar un gato híbrido en la tienda de mascotas. Siempre había deseado uno y este se lo ofrecieron a un precio muy bajo, acorde a su presupuesto.
Si sólo supiera a lo que se enfrentaría cuando abriera la jaula para mininos.
MinHo...
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—Si limpias el desastre que hay en la cocina, tal vez te deje tocar mis orejas, JiSung.
El castaño, desparramado en el sillón, con un tazón de palomitas y una Coca-Cola extragrande lo miró levantando una ceja.
—¿Qué?
—Alguien dejó la cafetera encendida y está disparando jafé hacia el techo. Traté de detenerla, lo juro, pero creo que no le gustan mis orejas.
El mayor bufó de mal humor, deteniendo la película de la televisión y levantándose apresurado para ver qué sucedía. Pasó junto al chico y sintió la mirada de este incrustada en su parte trasera, pues, estaba usando unos vergonzosos boxers amarillos- cortesía de Chan y Felix el día de su cumpleaños- que ponían en la parte trasera "I LOVE DUCKS"
Entró a la cocina y no fue sorpresa para él encontrar todo el techo sucio y el piso desordenado. El aparato electrónico ya había dejado de expulsar café y sólo estaba volcado en una esquina, teniendo ataques epilépticos. JiSung, como solucionaba todo a tiempo, desconectó el artefacto y miró de mala manera al híbrido detrás suyo.
—¿Me puedes explicar qué caracoles sucedió, MinHo?—el bajito golpeó el suelo mojado con la suela de su zapato, cruzándose de brazos y fulminando con la mirada al menor.
—No lo sé, humano. Todas esas cosas tecnológicas son iguales, terminan explotando de alguna manera u otra.
—MinHo, no creo que haya explotado así porque sí. Desde que estás aquí, no haces sino dañar cada cosa que compro. ¡Eso le está costando un ojo de la cara a mi billetera!—exclamó enojado.
—Pero las billeteras no tienen oj-
—¡No lo decía de forma literal, tonto!—chilló mientras golpeaba su hombro.
El híbrido rodó los ojos e inclinó la cabeza, provocando que JiSung frunciera el entrecejo.
—Te dejo acariciar mis orejas si me perdonas.
—¡Tú...! ¡Eres un... Gato estúpido!
Desde que JiSung le dijo a MinHo que sus orejas eran bonitas, este ya no las cubría con su cabello o algún pedazo de tela y las dejaba a la vista, a pesar de que Felix en ocasiones se burlara y las comparara con antenas de televisión o lo llamara elefante. Y claro, JiSung lo golpeaba y amenazaba con llamar a ChangBin y contarle lo que sucedió con su jarrón de aniversario.
—Debes dejar de dañar las cosas porque sí—continuó con su regaño.
—No las daño "porque sí"—se cruzó de brazos el pelinaranja a la defensiva—Esa cafetera hacía un sonido horrible cuando la usabas.
—¿¡De qué-?!—JiSung abrió los ojos como platos, a punto de exasperarse, sin embargo, juntó sus manos con fuerza y respiró hondo, tratando de calmarse—MinHo, querido, la cafetera no hacía ninguna clase de ruido.
