➸❥JiSung acaba de comprar un gato híbrido en la tienda de mascotas. Siempre había deseado uno y este se lo ofrecieron a un precio muy bajo, acorde a su presupuesto.
Si sólo supiera a lo que se enfrentaría cuando abriera la jaula para mininos.
MinHo...
Este especial es más bien la continuación del capítulo 5, el que viene antes del final. Iba a ser una extensión de este capítulo, pero decidí quitarlo. Ahora está modificado a tiempo después de la boda.
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JiSung se sorprendió cuando vio al enorme cachorro de pelo casi rojizo aparecer en la habitación arrastrando la correa de paseo. Era la primera vez que lo veía desde que se casaron -hace dos días- y le sorprendió un poco que MinHo diera el primer paso. La mayoría de veces había sido porque se lo había pedido.
— ¿Quieres ir de paseo, pequeñito?— Le habló con cariño mientras se levantaba de su cama king size y tomaba la correa de su boca.
Acarició varias veces detrás de las orejas mientras le ponía el collar y luego se incorporó para salir.
— Okey, esposo-dog, vamos a explorar un poco. Dicen que hay una zona exclusivamente para híbridos, ¿No te emociona?
Tomó las llaves del cuarto mientras se dirigía hacia la salida, sin embargo, el perro gigante a su lado puso resistencia, frenando su andar para que fuese difícil llevarlo por la correa.
— ¿Qué pasa?— Se giró el castaño al instante, agachándose un poco para acariciar la barbilla del animal— ¿Tienes hambre o algo así?
— ¡Woof!— Fue lo único que obtuvo a cambio.
Arrugó el entrecejo al notar los ojos del animal mirándolo fijamente, sin apartar la vista ni un segundo.
— ¿Qué es lo que pasa? ¿Ya no quieres salir? Háblame, MinHo.
El animal movió las orejas y se acercó a su cadera, mordiendo el elástico de su pantalón y jalándolo.
— ¡E-Espera! ¡Lee Know, es el tercer short que romperás esta semana!— Trató de apartar al animal pero este seguía mordiendo el borde del pantalón — ¡No seas un perro-esposo malo! ¡Suelta!
El peludo animal obedeció y corrió hacia detrás de un sillón. Al instante, el chico alto apareció desde atrás e hizo un puchero.
— ¡Amo~!— El quejido adorable no se hizo esperar y a los segundos tenía al hombre gigante con cabello plateado dándole un fuerte abrazo
— ¡No me gusta que salgas con esa ropa! ¡Muchos chicos y chicas te verán!
— ¿Qué? Claro que no— Negó, abrazando al menor y dejando un beso en su clavícula desnuda— Sólo me ven porque soy coreano, no hay muchos por aquí.
— No hay muchos por aquí con bonitas piernas como las tuyas— Agregó el canino— Y con bonito rostro.
—MinHo, no digas esas cosas, me sonrojas— Le golpeó el pecho suavemente— Y aquí hace mucho calor, siento que hiervo si me pongo ropa más abrigada.
— Tienes razón, debí escoger un lugar frío. Hubiéramos hecho snowboarding.
—No sería mala idea, para las próximas vacaciones consideraremos esa opción. Pero por ahora, vamos a correr un poco.
