las flores que crecían cerca de su hogar eran realmente lindas, le fascinaban tanto que le gustaría tener algunas decorando los alrededores de sus ventanas pero eran demasiado bonitas como para arrancarlas de la tierra, así que prefería seguir sentado cerca de ellas para poder sentir su aroma mientras comía pequeños pedazos de brownies horneados por el mismo. dirigió su vista al cielo y notó como el color anaranjado comenzaba a hacerse presente, le recordaba a cuando pasaba sus tardes junto a su tan querido novio admirando el firmamento. su novio, christopher... él estaba a punto de llegar a casa. con ese pensamiento en mente tomó con emoción la canasta que había llevado y, con un paso veloz, comenzó a dirigirse hacia su casa.
al entrar a su casa dejó la canasta sobre la mesa y tomó los brownies que habia guardado para su novio, también dejándolos sobre la tabla de madera, a christopher le fascinaba comer cada uno de los postres que sunoo cocinaba y a sunoo le fascinaba esperar a riki con algo dulce para comer. no faltaba mucho para que el mayor llegara y supo que no se había equivocado cuando la puerta fue abierta.
- ¡príncipe! - exclamó mientras se levantaba de su asiento para correr a los brazos contrarios.
rodeó la cintura del más pequeño para abrazarlo y acercarlo a su cuerpo mientras cerraba la puerta tras ellos. - han pasado dos años desde que no soy un príncipe, cariño. - soltó una pequeña risa, luego besó brevemente los suaves labios de su novio.
- eres el príncipe de mi corazón.
- creí que era el rey de tu corazón. - ladeó su cabeza.
rodó sus ojos y frunció su ceño. llevó sus manos a las mejillas ajenas y las presionó, formando una mueca graciosa en el rostro de christopher. - arruinas mis intentos para ser romántico contigo, ¿por qué eres así?
soltó una risa con algo de dificultad debido a la presión de sus mejillas. - te amo.
- también lo hago... - abultó sus labios, soltando las mejillas de ese chico. - ... de hecho, hice brownies para ti para que supieras que te amo mucho.
- oh, ¿en serio? - sus ojos se desviaron a la mesa por unos segundos, segundos que tardaron en volver al rostro de sunoo. - ¿qué hice para merecer a un chico tan bonito como tú?
se alejó un poco de él, dándole paso a la mesa. - hablas como si fuera lo mejor de tu vida.
- bueno, tú eres mi vida. - después de hablar se acercó a la mesa, tomó un pedazo de brownie y lo llevó a su boca para morderlo.
- dios mío, tú naciste bañado en azúcar. - soltó una pequeña risa tímida, dirigiéndose a la cocina.
comenzó a buscar las cosas que usaría para preparar la cena, aunque no sabía bien que cocinaría esa noche. riki también se dirigió a la cocina, ya había terminado el primer trozo del brownie que su novio le había preparado y ya iba por el segundo, todo lo que sunoo cocinaba era delicioso y con el paso de los años no había hecho más que mejorar, se recargó en el marco de la puerta mientras mordisqueaba ese postre tan delicioso y observaba al menor.- ¿qué cocinarás?
- no lo sé, - se encogió de hombros. - ¿qué quieres comer?
- siendo sincero, - se reincorporó y terminó de comer su brownie, luego se acercó al pequeño y acomodó un poco su cabello, terminando por acariciarlo. - no tengo hambre.
- uh, ¿no? - dejó las cosas de lado, cerrando los ojos ante las caricias ajenas. - yo tampoco, creo que comí muchos brownies antes de que vinieras.
- ¿comiste brownies sin mí?
- oh, - cubrió su boca, fingiendo estar sorprendido. - no debías saberlo.
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王女 : princesa kim
Fiksi Penggemar國 : hace algunos años la reina de entak esperaba a una bella niña, la princesa y heredera que ella siempre había soñado, a la niña que mimaría hasta el último día de su vida pero, al parecer, la deseada princesa era, más bien, un príncipe. 𖦹 sunki...