CAPÍTULO 12

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Maratón 1/4

Lucca

Ebrias verdades .

La he estado observando en el campo de tiros y su puntería es asombrosa.Nada mal para sólo saberse defender.Sus técnicas tienen preparación, se nota a leguas que fue entrenada para esto,tiene las técnicas muy similares a las de Matteo y mias por lo que debe llevar años trabajándolas.

Definitivamente Astrid me oculta demasiadas cosas.Pero todo a su tiempo pequeño zafiro.Las descubriré una a una.

Me dirijo a mi recámara a darme un baño ya que en unos minutos bajaremos todos a cenar.Me visto cómodo con un pantalón de chándal y una camiseta un poco ancha.Me coloco perfume y bajo al comedor revisando el móvil ya que tengo más entregas que atender y estas no me pueden salir mal.

También debo ocuparme de otros asuntos.

—Buenas noches señor.—Dice Rosa al verme entrar.Me aproximó a dejarle un beso en la frente.

—Señor.—Comento burlón.—Me ves nacer,me cambias los pañales y me llamas señor.—Es así, Rosa es como una madre para mi.En realidad ha hecho mas el papel de madre que quien me trajo al mundo.

—Eres el jefe de la casa y de toda Italia debo llamarte con respeto.—Dice orgullosa acercándose para hablarme bajo.—Pero ambos sabemos que siempre serás mi niño.—Dice y el amor en sus ojos es lo más parecido al calor de madre que he llegado a sentir alguna vez.—He preparado canelones.Tus favoritos.

—Gracias Rosa.—Digo con el mismo amor.

Pocas personas me importan realmente, en concreto tres.Y una de ellas es Rosa.

—Matteo bajará en un segundo.

Dicho y hecho.

Matteo baja las escaleras pero no está solo.La causa de todos mis males viene detrás de él mirándolo con cuchillas en los ojos.Y precisamente porque conozco a mi amigo, se que se merece esa mirada . Pero a diferencia de Astrid, Matteo viene con una sonrisa brillante en el rostro.

—Muero de hambre.—comenta alegre.

—Bien cenemos,muero por probar lo que sea que huela tan bien .—Dice mi zafiro mirando con ansias los canelones.Se sienta a mi lado derecho y Matteo al izquierdo mientras yo lidero la mesa. Prueba los canelones y cierra los ojos ahogando un pequeño gemido que eriza cada bello de mi piel.—Están deliciosos Rosa.

—Gracias pequeña,con permiso.—Dice y se retira

—¿Que opinan si vamos de fiesta esta noche?--Comenta Matteo después de un rato.—Lucca, Astrid no a conocido il serpente.—Dice e inevitablemente me tenso al escuchar el nombre y la miro a ella de reojo.-Creo que deberíamos llevarla para celebrar que ya está recuperada.

Lo último lo dice mirando con complicidad a Astrid y esta aprieta el tenedor en su mano manteniendo la calma.

¿Que pasa aquí?

—Me encantaría.—responde Astrid retándolo con la mirada.

—Bien,por cierto,no te confundas con el nombre, que se llame como tú especie no significa que sea lugar para ti.

—Matteo.—lo recrimino.—basta.

—No necesito un defensor señor Lucca.—¿ahora soy señor?—mira a mi amigo—¿Qué pasa Matteo?¿Tienes miedo que te inyecte mi veneno?—pregunta Astrid con mirada fría.

Matteo recuesta los codos en la mesa y la mira fijamente mientras una sonrisa ladeada y perversa se crea en su cara .

—Oh cariño,tu veneno no me hace ni cosquillas— le guiña un ojo—Me han mordido verdaderas víboras y créeme que no les llegas ni a los tacones.

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