En el mundo existen muchos tipos de estándares.
Belleza, físico, inteligencia. Y más.
Cuando vives en un mundo dónde la sociedad implementa un código de comportamiento respectivo a tu "nivel" como individuo. Es difícil romper con ello.
Pero eso ya quedó mucho tiempo atrás.
Ahora no importaba si un omega daba el primer paso para acercarse a un alfa y pedirle una cita o obsequiarle un presente.
Por esa misma razón, la gran mayoría de omegas que no involucraban a los ya emparejados. O incluso betas. No perdían ni un día para hacer algún tipo de movimiento con tal de conquistar a ese alfa de sangre pura. Una especie de alfa casi no vista por esos rumbos.
Una que debía ser algo así como "frío, serio, intimidante y tal vez arrogante" pero ese no era el caso de aquel muchacho de hebras rojas como fuego. Portador de una mirada tan intensa como gentil. Dueño de una preciosa sonrisa adornada por dos hoyuelos en cada una de sus mejillas que robaba grandes suspiros.
No importaba si era omega, beta o quizás otro alfa de un rango menor. Aquel chico pelirrojo terminaba conquistando corazones de quién fuera, debido a su lado tan sumiso pero tan fuerte.
Un príncipe.
Choi Soobin era el estándar de un alfa ideal.
Uno realmente inalcanzable.
Eso creía YeonJun, un omega de cabellos negros como la noche, quien estaba sentado en una mesa de la cafetería que siempre solía estar tan vacía y callada. Súper tranquila.
Justo ahora se encontraba llena de personas, omegas que desprendían varias feromonas que indicaban emoción por cada rincón. Muchos omegas chillaban inquietos ante el varonil porte de aquel alfa que esperaba por su pedido mientras miraba su celular.
El típico licuado de fresas.
Algo "inusual" en la comunidad de un alfa y es que a la gran mayoría, según ciertas estadísticas. Señalaban que a un alfa difícilmente podría gustarle un sabor muy empalagoso, algo neutro tal vez sí, pero no tan dulce como un licuado de fresas.
En especial para la especie de Soobin que era de sangre pura.
Otra razón por la que YeonJun como todos, creían que Soobin no era de este planeta. Como si ese alfa hubiera sido creado plenamente para cumplir con todos los deseos y estándares de un omega por la diosa luna ¿No puede ser un alfa así de intenso y adorable, verdad? Era tan exótico.
YeonJun bajó la cabeza, avergonzado de si mismo porque nunca creyó caer por ese alfa tan aclamado y deseado por muchos. Simplemente ocurrió sin querer.
Lo estuvo mirando por mucho, pensando qué razones más habría para decir que él perfectamente era un "tipo ideal." Estuvo haciéndolo por meses y naturalmente comenzó a ver pequeñas cosas que le eran intrigantes.
Una de ellas era que Soobin no le gustaba usar su voz de mando como otros alfa para conseguir lo que querían, prefiriendo intercambiar palabras suaves, mostrando un lado sumiso en lugar de imponente. También que amaba mucho a la naturaleza, las plantas y los animales, parecía rociar azúcar a dónde sea que fuera y era algo especial para un alfa, pues difícilmente podían ser unos "adorables cachorritos" por su lado dominante y competitivo. No para Soobin ciertamente. A los omegas los trataba de una manera tan linda y respetuosa cuando sin vergüenzas les coqueteaban o lanzaban piropos sexuales, incluso los defendía de ser obligados a ser sometidos bajo la voz de mando, sencillamente era tan dulce con todos sin poner empeño en ello ni buscar recompensas.
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STUPID MR. BEAR © SOOJUN
FanfictionYeonJun por fin tiene algo en mente para declarar su amor a ese chico pelirrojo de su universidad. Acepta ir a un parque de diversiones con su mejor amigo quien trabaja en un puesto de helados, a cambio de darle un poco del postre gratis para hacer...