STUPID MR. BEAR © SOOJUN

TRY ONE

Los rumores fueron aclarados.

La señorita Jessica o bien, Jessie, no era pareja de Soobin. Era su prima lejana que venía a dar clases en la universidad temporalmente, un tipo de encubrimiento hacía su maestra de química que estaba en cinta y por las pocas noticias, ya había dado a luz a sus cachorros.

YeonJun sonrió y no evitó verse tan transparente en sus emociones de tranquilidad. Quitando un pese de su espalda.

Todavía tenía oportunidad de confesarse.

Bueno, tenían si hablaba en general.

Una vez ese rumor fue aclarado por la misma mujer morena todos los omegas se dispusieron a ser un poquito más ingeniosos para dar presentes.

Por ejemplo, su compañera Lía que estudiaba artes plásticas le entregó una escultura pulcra al alfa de Iron Man, el personaje favorito de Soobin quien lo había dicho una vez en una clase por cuestión del maestro.

Un regalo que impresionó mucho al alfa por la forma en que sus ojos se iluminaron. Preguntándole a la omega si realmente era para él tal pedazo de artesanía.

Ese día Soobin y Lía tuvieron un pequeño acercamiento pero nuevamente el alfa ponía su distancia como siempre. Terminado en ser buenos amigos de banca.

No parecía ser malo, Soobin era alguien amable por lo que ser amistoso no era problema como tampoco lo era conseguir amigos a dónde sea que fuera.

El problema era que YeonJun se terminaba acabando de ideas. Cuando tenía una, un omega o beta lo hacían.

Como esa vez que quiso dar una carta de confesión, de esas que ya casi nadie daba porque parecían "anticuadas" para muchos. YeonJun estaba tan seguro de que plasmar palabras era más sincero y detallista que hacerlo por mensaje o correo.

Había puesto todo su empeño en esa carta de sólo un cuarto de hoja. No era mucho y quizás no tenía la mejor fluidez para poner en papel sus sentimientos pero, lo había hecho desde su corazón y eso le daba seguridad de cierta manera.

Una seguridad que se le vino abajo cuando Woozi, un omega tierno de baja estatura le extendía una carta a Soobin detrás el campus. Tan avergonzado que veía desde su sitio el rojo de sus orejas o cara.

Arrugó en su mano la carta que tenía cuando escuchó lo que ya era predicho.

—Es..es para usted Soobin hyung.

—Oh, muchas gracias Woozi pero...

Sus esperanzas seguían a flote cuando el alfa se rascó la nuca, tímido y tuvo que rechazarla porque, en esas semanas cuando Soobin aceptaba regalos parecían los omegas entender que era un sí a sus confesiones.

—No puedo aceptarlo. Espero puedas entender.

—A-Ah, no hay problema hyung. Entiendo.

Woozi le dijo que no había problema. YeonJun no podía creer la valentía de ese omega para no llorar frente a Soobin quien tenía una mirada comprensible en sus ojos avellanados cuando el más pequeño bajó la mirada triste por el rechazo pero sin trastibeos a lo que ya se había antedicho.

El omega de primer año se fue y YeonJun pegó su espalda a la pared, apretando la carta ahora arrugada contra su pecho mientras tenía un discernimiento entre dársela al alfa y salir corriendo o buscar otra forma de confesarse.

—Si se la doy y me voy...¿Estará bien?

Escuchó los pasos de alguien acercarse, acecho para ver quién era y cuando vió a Soobin caminar a su dirección la sangre de su cuerpo subió, YeonJun entró en pánico y simplemente arrancó a correr sin mirar al alfa que iba pasando tranquilo, un poco pensativo por su reciente rechazo. No podía procesar que prácticamente a esas semanas había rechazado a más de ocho omegas. Soobin pensaba que siempre estaría solo sin lazo porque nunca fue alguien llamativo para algún omega antes y ahora pareciera que nunca tuvo una época así. Una época donde el ser alfa fue algo tan difícil de digerir para él. Quizás su abuela tenía razón.