ICE CREAM

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Mientras se terminaba por ajustar las agujetas, Yeonjun ideaba en su cabeza la manera en que iba a obsequiarle el dichoso postre cremoso al alfa.

Había llegado el día. La misión por la que Yeonjun estuvo prácticamente enjaulado en mera concentración, además de sus clases de baile, jamás en su vida puso tanto empeño en otra cosa como lo haría en este día feriado. Él sí o sí iba a tener ese helado.

Se colgó su bolso, puso su gorra color magenta y como eran días calurosos, Yeonjun se colocó protector solar en su rostro y brazos. Era de piel sensible y no podía dejar que los rayos ultra violetas arruinen su propósito el día de hoy.

—Vamos por ese helado —se acomodó la gorra, una mirada determinada iluminaba sus ojos.

Tecleó un mensaje a Beomgyu avisándole que estaba en camino a la feria. Su amigo rubio le mando la ubicación exacta del puesto de helados aunque su otro mensaje fue más preciso que los tres anteriores que describían rutas confusas y que Yeonjun aseguraba ni el propio Beomgyu entendía.

Cuando veas a un oso enorme correr de aquí para allá, estás cerca. Estamos justo a dos puestos más.

Sentía una enorme curiosidad por ver a ese famoso señor oso que era muy amado por la comunidad infantil. En palabras de Beomgyu, ese oso era la atracción más popular de todo el parque. Ni los peluches ni el algodón de azúcar podían competir contra él.

—Así que, este es el famoso señor oso de los globos de colores —Yeonjun sonrió divertido cuando, en efecto, había un oso enorme corriendo de aquí para allá. Saludando a los niños que se iban con globos en mano y posando en varias fotos que estos pequeños seres le pedían casi a súplicas con esos ojos brillantes.

Yeonjun se quedó viendo un poquito más esa escena, y una sonrisa se le dibujó cuando el señor oso hizo esa acción graciosa de llevarse las manos a lo que supone era su boca, sorprendido, cuando una pequeña de vestido floreciente le propuso 'matrimonio' con esos anillos de dulce que se vendían en los puestos de golosinas.

No pudo retener la risa que se le escapó, pues el oso ahora estaba siendo rodeado de más anillos de dulce por varios niños. El pobre señor oso ya ni siquiera sabía cómo decirle a tantos niños que ya no necesitaba más propuestas de matrimonio.

—¿Te quedarás todo el día mirando al oso o qué?

—¡Ah! —Yeonjun frunce el ceño, llevándose una mano al pecho por el susto golpea el brazo de Beomgyu quien solamente se ríe de su grito anterior— ¡No hables así en la oreja de una persona! ¡Casi me das un maldito infarto!

—Eres un miedoso —Beom sube los hombros. Carga en uno de ellos su propia bolsa, Yeonjun apunta lo que mantiene en su antebrazo y su rubio amigo le responde— oh, esto es tuyo.

—¿Qué es esto? Es...ah.

Era el vestuario que seguramente debía usar el día de hoy. Yeonjun alza la mirada hacia Beomgyu cuando escucha las risas de este, el omega rubio se sostiene el estómago y limpia una lágrima de su ojo cesando las risas.

—¿Qué pasa?

—Ese oso...—dice con trabajo por la falta de aire— es increíble.

Yeonjun mira en dirección y se ríe un poquito también. Ese señor oso realmente estaba en problemas, con esas pequeñas niñas alrededor peleando por una foto con él o por ponerle esa corona de flores en la cabeza. Una sonrisa casi de ternura se le va a Yeonjun pues este oso realmente tiene carisma y habilidad con los niños, pues aunque muchos no obtienen lo que quieren del señor oso, se van con esas caritas llenas de alegría.

Ese oso realmente era la atracción principal.

—¡Uy, vámonos! Llegamos cinco minutos tarde, corre.

STUPID MR. BEAR © SOOJUN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora