𝙴𝚕 𝙱𝚕𝚊 𝙱𝚕𝚊 𝙲𝚊𝚛 +18

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❛⿻۬˖̥ ͭ; Buenas, Noemys ♡⃕ ᨳˎˊ˗

Terminé contestando su llamada, viendo la insistencia de este tal Alex. La voz de un hombre joven, diría que de mi edad. 

— Milán deja de ser tan orgullosa. Estoy ya cansado de tu estúpido juego de ignorarme, no soy el único que está en esta situación. – no lograba entender a lo que se refería. Pero me estaba pareciendo un poco grosero. 

— Lyna no está ahora mismo. – Fui cortante. 

— ¿Se puede saber quién eres tú? – preguntó con cierta molestia, como si el hecho de escucharme le molestara. 

¿Qué debía decirle? ¿Qué soy de lyna? ¿Somos amigos? No sé en qué término estamos. 

— Soy su amigo. ¿Tu eres? – Me auto denomine su amigo. 

— Su ex novio, en términos de volver. – Ahora me agradaba mucho menos que antes. 

Viendo lo mal que se pone lyna cuando ve una llamada de este tipo, dudo mucho que tenga intenciones de volver con él. 

— Dudo mucho que tengas oportunidad… – me atreví a decir. 

— Me importa una mierda tu opinión. ¿Puedes decirme dónde cojones está Lyna? 

— Pues ahora mismo no se donde estamos, no soy de aquí. 

— Seré claro contigo, lyna debe volver a casa. Necesita firmar unos trámites de la herencia de sus padres y de la funeraria. Llevo intentando contactar con ella días y se niega a tener ayuda. Si de verdad eres su amigo, tráela. – me colgó directamente. 

Miré a la chica, quien parecía estar despertando. ¿Le pasó algo a sus padres? ¿De eso va lo del accidente? Deje el teléfono de la chica disimuladamente. 

— ¿Dormí demasiado? – preguntó mientras bostezaba. 

— No, apenas dos horas. ¿Conduzco otro rato?

— Ahora sigo yo, puedes descansar tu. – tomó asiento de conductor. 

— No, prefiero quedarme despierto. – me acomode en el asiento de copiloto. No podía dejar de pensar en lo que había dicho el tal Alex. 

Llegamos a Córdoba sobre las cinco, visitamos La Mezquita, Catedral de Córdoba, otro lugar mágico y hermoso. Cada vez me quedaba más anonadado con los paisajes y monumentos que me encontraba. Llevamos de nuevo guía y también sabka coreano, me sorprendía la cantidad de turistas que visitan España, literalmente está lleno y de todo el mundo. 

La chica compró unos pinchitos de un restaurante bastante conocido allí, los comimos en la caravana aparcada donde según Lyna, ponen la feria en época de feriado. También me comentó que es muy común comer caracoles, con una salsa especial. No tuve oportunidad de probarlo… 

Pero los pinchitos estaban buenísimos. Después en la noche, salimos a caminar por unos jardines, creo que era un parque. Pero había un enorme avión en todo el medio. No dejaba de hacer fotos. 

Lyna me comentó que habría otras cosas que ver en Córdoba, como los patios, pero ahora estaban cerrados durante la noche. teníamos suerte de estar en mayo ya que es la época de los patios, según leí.

— ¿Y no podemos quedarnos a dormir aquí y verlos mañana por la mañana? – Pregunté mientras me acomodaba en uno de los bancos, mirando atentamente a Pelusa y su pelota de color rosa.