𝙴𝚕 𝙱𝚕𝚊 𝙱𝚕𝚊 𝙲𝚊𝚛 +18

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❛⿻۬˖̥ ͭ; Buenas, Noemys ♡⃕ ᨳˎˊ˗

No sabía cómo actuar, ella iba dejando besos húmedos por mi cuello, llevándome a otra dimensión. Ni siquiera sabía donde colocar mis manos, las mantenía en el aire, con miedo a tocarla. 

Ella mantenía sus manos en mi pecho, por debajo de mi camisa, sin separar sus labios de los míos. ¿Cómo debo seguir esto? Ni siquiera sé a qué viene, me pilló todo por sorpresa. 

Me era inevitable no cerrar los ojos, me sentía en el cielo. Sus caricias, sus labios y el roce entre nuestros cuerpos, me hacía olvidarme completamente de lo demás. Lo estaba disfrutando tanto, que me moleste cuando separó sus labios de los míos. 

— hey no me dejes así – me atreví a rodear su cintura con mis brazos, apresandola contra mi.  

— Lo siento, me emocioné de más… – se disculpó mientras escondía su cara en mi pecho. Me hizo gracia su tan cámbiate actitud. 

— no te disculpes, admito que me gusto. Me pareció que estaba viviendo una de esas escenas de película de adolescentes americanos con problemas de autocontrol. 

— ¿Eso es bueno o malo? – preguntó aún con su cara escondida. Puedo ver desde aquí, cómo sus mejillas están rojas. 

Lo que sigo sin entender, es es porque a esa actitud de ella. Y creo que eso fue lo que la frenó, mi falta de experiencia y lo tieso que estaba, llevo a que ella parará. 

— Es realmente bueno. Pero no entendí porque tan repentino… me pilló desprevenido. 

— Sinceramente ni yo lo sé, solo te vi bostezando y me pareció lo más atractivo, no entiendo sinceramente porque me excitaste a este punto. – ¿cómo debo asimilar eso? 

¿Soy atractivo bostezando? ¿Debo hacerlo más? Si la gente se vuelve así de loca, mejor me guardo los bostezos, no quiero que la gente se me lance a besarme. 

— ¿Soy atractivo bostezando? ¿Es algún fetiche raro tuyo? No te juzgo de verdad, a mucha gente le pasa con los pies… todos tenemos fetiches. – por fin apartó la cara de mi pecho, dejarme apreciar sus brillantes ojos. 

— ¿Cuál es tu fetiche? Dijiste que todos tenemos… 

— No tengo mucha experiencia, pero mi fechiche es que me gusta que me den órdenes… 

— ¿Ser él sumiso? te gusta ser él sumiso… no lo aparentas. – la chica se aguantaba la risa, esto es vergonzoso para mí. 

— ¡Ya, no te rías! Es porque día a día, soy una persona a la que le gusta llevar el control de lo que hace. Pero cuando me das órdenes, me emocionas y excitas. – con ella no tenía ningún tema tabú, sentía que podía ser sincero con ella. 

— woh pero bueno señor Min, no lo esperaba… debo decir que mentí, no me excite por verte bostezar. Es vergonzoso, pero me atrajo verte celoso… 

— ¿Así que, te gusta mi lado celoso? – eso sí que no me lo esperaba. 

— me atrajo el hecho de que te pusieras celoso y me protegieras de Izán. Sentí que te importaba, que le importaba de verdad a alguien... – volvió a apoyar su cabeza en mi pecho, mientras suspiraba. – con una simple mirada tuya, hacia él, supe que no debía fiarme… y no te equivocabas, a veces no llegó a entender la forma de pensar de los hombres, cuanto a las mujeres. 

— Muchos no piensan con el cerebro, piensan con lo que tienen entre las piernas.  – me tomé la libertad de acariciar su pelo, mientras la miraba atentamente.