Adrinette/Lukanette/Ladynoir/Marichat
Cuando tienes viviendo tantos siglos aprendes varias cosas, mas cuando tu labor es presenciar todas las historias de amor que han pasado y pasaran, no les miento, suele ser bastante entretenido y melodramático, pero hoy les quiero contar una de mis favoritas, una que queda a la perfección con una de las primeras enseñanzas que aprendi de los humanos.
Suele decirse que a lo largo de tu vida tendrás 3 grandes amores, la mayoría de personas piensan que entre uno y otro debe pasar un tiempo considerable, algunos dicen meses, años o hasta décadas para volver a enamorarte, y la verdad es que suele ser asi.
Pero en un muy raras ocasiones, como la que les estoy a punto de narrar, encuentras a tu tercer amor incluso antes de convertirte en un adulto, puede que ya allá estado ahi, pero tu recién te das cuenta.
Hoy les contare la historia de una chica, que a la corta edad de 16 años conoció a su tercer amor, ella vivió un noviazgo hermoso, con altos y bajos como todos, pero pudo ser feliz con esa persona al final, todos al verlos piensan que son la pareja perfecta, pero ellos no saben por lo que ella tuvo que pasar para poder estar feliz con el.
El primer amor por mas que lo intentes nunca lo olvidaras, suele llegar en la adolescencia, cuando un nuevo mundo se abre a tus pies listo para que lo conozcas, ese primer amor es el que te llena de ilusiones, quien te hace soñar despierto y con quien idealizas tu vida, es ese amor tan intenso como una pelicula romántica.
Y para Marinette Dupain-Cheng su primer gran amor fue Adrien Agreste.
Lo conoció cuando solo tenia 13 años, su primer encuentro fue algo peculiar, el amor a primera vista no aplico en ella en esa ocasión. Pero al aclarar el mal entendido y poder ver mas allá encontró a una persona noble y generosa, alguien tan sincero y dulce, para ella simplemente era perfecto.
Pero ese suele ser el error mas grande con el primer amor, lo idealizamos demasiado, lo vemos sin ningún tipo de defecto, luchamos por el contra cualquiera que intente arrebatárnoslo, sin embargo cuando lo conseguimos y nos damos cuenta de sus defectos sufrimos tan grande decepción que lo botamos.
Ese no fue el caso de Marinette, fue el caso de su oponente, Kagami.
La tímida ojiazul ni siquiera le pudo confesar su sentimientos al rubio porque este decidió darle una oportunidad a su compañera esgrimista.
Cuando esto paso el corazón de la azabache se rompió por la mitad, ella había estado tanto tiempo armando planes complicados para declararse, coleccionando cada objeto sobre el que podía, que nunca se dio tiempo para acercarse.
Fue como si hubiera tenido un tonto amor platónico adolescente al estilo de fanatice loca, tenia fotos de el por todo su cuarto, conocía su horario, todas las actividades que solía hacer, joder ¡Hasta conocía que marca de pasta dental usaba por que una vez reviso entre su basura!
Cuando se dio cuenta de esto no pudo hacer nada mas que ponerse a llorar por la forma tan patética en la que actuó, soñó un futuro perfecto al lado de un chico que seguramente nunca la vería como algo mas que una amiga, se hizo tantas ilusiones, tantas esperanzas, para que al final perdiera la pelea sin ni siquiera empezarla.
Todo por sus estúpidas nervios, su necesidad de complicar demasiado las cosas, tanto miedo a decirle que lo amaba, en cuanto se volvió importante para ella dejo de ser la chica que aunque torpe era segura y confiada, para convertirse en esa versión de ella que tanto odiaba, esa chica que actuaba como estúpida por miedo a cometer un error.
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Conjunto de One shots
FanfictionComo tengo muchas mini ideas en mente y no quiero hacer una historia nueva cada vez que la quiero publicar aqui va esto. Pueden sugerir ideas o ships para las historias, pero no escribiré cosas raras o cercanas a lo turbio. No prometo hacer todas la...