Capítulo 11: Lluvia

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La ojivioleta había volado nuevamente hacia Tokio y volvió con sus hermanas quienes estaban algo sorprendidas por lo que le explicaba la recién llegada

Era día de descanso y el día estaba lluvioso, eran aproximadamente las nueve y media mientras se tenía una charla de la cual la noche anterior no se pudo hablar, Kanae le decía a Shinobu lo que había pasado con Giyuu y la menor solo se limitaba a escuchar al mismo tiempo que pensaba en cómo lo arreglaría y en su mente se culpaba por todo lo ocasionado. A penas su hermana terminó de hablar se levantó del asiento y fue directo a la puerta, se dirigía a la casa de Tomioka, no quiería esperar para disculparse con él, por suerte estaba en la entrada de su casa con unas bolsas en sus manos al parecer regresaba de hacer unas compras

Shinobu: ¡GIYUU!

Giyuu: Shi-Shinobu

Shinobu: Claro que soy yo ¿Quién más es idéntica a mi?

Giyuu: Pero...tú te fuiste

Shinobu: No, nunca me iría y te dejaría (decía agitada por haber corrido varias calles hasta llegar a la casa)

Giyuu: ¿Por qué volviste?

Shinobu: ¿Cómo que por qué? Porque te amo

Giyuu: No te entiendo, dime bien todo

Shinobu: Mi hermana te contó lo que pasó y etcétera, pero yo me fui en cuanto tuve una oportunidad, sé que mi madre me odiará pero eso no es importante ahora, lo siento mucho yo no tuve ni siquiera un segundo para decírtelo (ya estaba recuperando el aliento nuevamente y suspiro cansada)

Giyuu: Prométeme que nunca más volverás a irte

Shinobu: Lo prometo, nunca nos separaremos, jamás y si lo hacemos nos volveremos a encontrar pase lo que pase

Hubo un corto silencio y Shinobu lo rompió gritándole sonrojada que estaban en la calle y todo el mundo los estaba mirando, el la invitó a pasar Sabito, Makomo y Urokodaki no estaban en casa porque aprovecharon el día que descansaban los chicos para visitar la cuidad en dónde el anciano había nacido para rezar en las tumbas de su esposa e hijos que fallecieron, Giyuu se negó a ir porque estaba enojado con la partida de Shinobu y no tenía ganas de ir a ningún lugar. Cuando entraron el fue a llevar lo que había comprado ensima de la mesa y unos brazos lo rodearon con delicadeza formándoce un abrazo que lo dejó sin ganas de moverse, escuchó en un susurro las palabras que más le gustaba escuchar de la mujer que amaba

Shinobu: Te amo

Giyuu: Yo te amo aún más pero aún no te perdono

Shinobu: ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

Tomioka se giró y la besó intensamente, la falta de oxígeno los obligó a separarse y le dijo

Giyuu: No quiero perderte

Shinobu: Ya basta haces que me sonroje más de lo que estoy

Giyuu: Quiero...

Shinobu: ¿Qué quieres?

Giyuu: Ehh esto... yo quiero...quiero que...

Shinobu: ¡¿QUÉ QUIERES?!

Giyuu: ¡Quiero que hagamos "eso"!

Shinobu: ¿Eh? ¿Te refieres a... "eso"?

El ojiazul asintió con las mejillas totalmente rojas y ella se puso igual o peor, ambos se miraron fijamente sin poder articular una palabra, luego ella se fue acercando a su oído y le dijo

Ayer, hoy y siempre (GiyuShino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora