El General se está divorciando

Capítulo 75 - El reencuentro

La pistola en la mano de Constantine apuntaba a la cabeza de James, con una sonrisa en los labios.

Corrine no había esperado este giro de los acontecimientos y retiró a Burns, que quería inclinarse hacia delante, casi conteniendo la respiración. Constantino acarició el rostro de James con ternura, mirando la cara ligeramente blanca, los hermosos ojos, los labios que temblaban un poco, un rostro que parecía querer grabar en la memoria.

Los sentidos de James se volvieron inusualmente agudos, podía sentir el movimiento de la mano de Constantino, y si hacía el menor esfuerzo, las partículas se disparaban en su cabeza. La muerte estaba cada vez más cerca, un destello de resignación en los ojos de James ......

Nadie sabía lo que pensaba Constantino, y sus acciones nunca eran fáciles de adivinar por el sentido común. En un momento estaba decidido a morir con James, y al siguiente, lo empujaba fuera, luego cerraba rápidamente la puerta del camarote y el barco se ponía en marcha rápidamente. James aterrizó en los brazos de Burns y cuando volvió a mirar hacia arriba, la nave ya estaba volando alto en el cielo. Burns lo abrazó con fuerza, su cuerpo aún parecía temblar. La mirada de James seguía en el aire.

"Sin mirar". dijo Burns.

James bajó la cabeza, luego se inclinó hacia los brazos de James y lo abrazó con fuerza también.

La nave de Constantino voló alrededor de las nubes y a través de la vasta extensión del universo antes de aterrizar en un extraño planeta. Constantino se sentó en la cabina mientras se miraba las manos con asombro.

Todavía había una diferencia entre James y una pequeña mascota, podía matar a una mascota sin pensarlo dos veces, pero todavía no podía hacerlo con James .......

Constantino se echó a reír de repente, estallando en una loca carcajada. Se sentía incómodo, muy incómodo. Algo pesaba en su mente y lo dejaba sin aliento. No era un hombre al que se le dieran bien los recuerdos y los lamentos, pero ahora Constantino pensaba en los días en Johnstown y en el joven que le había amado con todo su corazón. Constantino pensó que parecía tener algunos remordimientos ......

"¡Bang!"

Se oyó un fuerte golpe y Constantino salió instintivamente del camarote, y en ese momento el barco explotó de repente ......

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Cuando Corrine regresó a casa ya era tarde y ni siquiera había tenido tiempo de quitarse el uniforme. Cuatro días enteros de rastreo le habían dejado algo agotado, sus ropas arrugadas y su bello rostro un poco demacrado. Corrine llamó a la puerta de la casa. Era la casa que pertenecía a Irving, pero Corrine la había convertido automáticamente en su hogar. A Irving no le gustaba la casa de campo, que estaba completamente vacía y en la que se encerraban los días pasados.

Al abrir la puerta a Ryan, los ojos del hombrecito se iluminaron por primera vez al ver a Corrine, y cuando ésta alargó la mano para tocarle la cabeza, el hombrecito volvió a apartar la cabeza con una mirada de asco.

"¡Sucio como el infierno!" El pequeño gruñó.

Con una mano, Corrine levantó a Ryan y lo puso en sus brazos, y luego lo frotó. Ryan intentó con todas sus fuerzas apartar a Corrine, pero era mucho menos fuerte que ella, así que los movimientos del pequeño acabaron siendo un contoneo.

"Ahora estamos igual de sucios". Corrine se rió, recibiendo a cambio una mirada furiosa de Ryan.

"Te odio". Ryan parecía realmente enfadado.