JungKook [kooknam] ✍︎

Capítulo 13

Compañero Alado
↳Parte Uno

Parejas besándose en cada parte del club y Hoseok sentado en uno de los asientos especiales, donde hay una rueda en el centro con una altura considerable para ver a una persona bailar, hay un omega ahí, danzando para Hoseok.

El demonio muerde una aceituna de un palillo, lo mete a su boca lentamente, saboreando el alimento, mientras mira con atención al alfa de enfrente. El hombre pasa una lengua por sus labios con lentitud, imaginando todas las cosas que podrá hacer ese omega. 

Hoseok se levanta sin apartar la mirada del otro, trae colocada una falda hasta el muslo, una camisa negra ligeramente abierta en el pecho y un maquillaje sútil, toma la chaqueta del sillón y va subiendo las escaleras en dirección al Penthouse. 

El alfa lo toma como una clara invitación, porque aquel omega no aparta la mirada en ningún momento, se levanta del sillón y lo sigue. Hasta que sube al Penthouse, lo busca con la mirada. Da con él, se encuentra en el jacuzzi de la casa. 

—¿Por qué pierdes el tiempo? Ven conmigo —dice Hoseok.

El alfa hace caso y comienza a desvestirse, Hoseok sonríe cuando el hombre ha entrado, le hace una señal para que se acerque. El alfa intenta besarlo, pero Hoseok lo detiene, coloca un dedo en los labios ajenos, pone una mano en la cabeza del alfa y hace que esté baje lentamente.

El alfa sonríe al saber que es lo que quiere ese omega, lentamente baja, tocando con sus manos las piernas de Hoseok. 

Hoseok hace la cabeza levemente hacía atrás, hasta que aplica mucha fuerza en la cabeza de aquel hombre, el alfa se está ahogando. La sonrisa se incrementa en su rostro. Ama la tortura y el sufrimiento ajeno. 

Luego de unos segundos en los que el alfa está luchando, lo trae de vuelta a la superficie y deja que respire. Lo coloca de espaldas a él y lo agarra de la cabeza, tanto del cuello como del cabello. 

—Hola, Sir Guy. Las aguas están turbulentas —menciona Jungkook. 

—¿Qué están haciendo? —pregunta el alfa.

—¿No es obvio? —pregunta Jungkook—. Voy a torturarte brutalmente hasta que me des lo que quiero. Mis alas, ¿Dónde están? 

El alfa se altera aún más, agradecen estar en el balcón o sino se habrían llenado el lugar del aroma de las feromonas asustadas del hombre. Esté no sabe lo que sucede o por qué le preguntan por unas alas de las cuales no tiene ni idea.

Jungkook le da la orden a Hoseok para sumergirlo al agua de nuevo. El omega obedece con mucho entusiasmo, se siente feliz de poder hacer eso de nuevo, se siente como un demonio pequeño, cuando le enseñaban a torturar. 

—¿Por qué insisten en ponerse tan difíciles? —se pregunta Jungkook, rueda también sus ojos.

Hoseok lo mira con una pequeña sonrisa de felicidad. 

—Sácalo.

El omega obedece.

El alfa tose, quiere escaparse, pero ese omega tiene mucha fuerza.

—Como ves, no estoy jugando —menciona Jungkook—. Ahora, intentemoslo de nuevo. Mis alas, por favor.

—Oye, amigo —responde aquel alfa, el miedo se saborea en cada palabra—. ¿Yo para qué quiero tus alas? ¡Ni siquiera sé quién eres!