𝐂𝐥𝐨𝐬𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐨𝐨𝐫 ╰─►𝐓𝐚𝐞𝐆𝐢

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El chico de piel canela se encontraba bebiendo y escuchando música mientras observaba hacia afuera sin ninguna expresión en la cara.

Mirar hacia la calle le era aburrido, solo eran niños, familias forzadas o matrimonios forzados por un niño de por medio, o adolescentes que pensaban en morir.

Increíble.

—Ver a mi vecino es más divertido, es demasiado lindo. —habló para sí mismo yéndose al otro lado del sótano para observar bien junto a un monitor dónde se encontraban algunas cámaras más cerca.

Quién se encontraba en la pantalla aún no llegaba a casa, probablemente estaba en el trabajo.

Ya sabía todo, vino a Seúl a rehacer su vida, tiene veintiséis años, es homofóbico.

Eso lo hacía más divertido, es homofóbico.

—Me divertiré demasiado con este hombre.

Al segundo de decir eso escucha las llaves de la casa ajena en vídeo haciéndolo espantar todos sus pensamientos en su cabeza.

Sonrió al ver aquel chico, esa sonrisa desapareció cuándo vió a otra chica entrar con él.

Parecían dos necesitados de querer hacer el amor como si no hubiera un mañana, pero él estaba seguro que al día siguiente se iría apenas despierte, pobre chica.

Apagó el monitor dirigiéndose a su habitación para recostarse y oír música para distraerse de los desastrosos gemidos que iban a comenzar a sonar.

Y así fue, unos gemidos comenzaban a sonar mientras el que estaba acostado en su cama comenzó una cuenta regresiva.

—Uno.

Aún no sucedía nada.

—Dos.

El sonido había parado y él sabía la razón, ahora solo quería reír al escuchar a la mujer chillar.

—Tres.

Gritos enojados sonaban del otro lado mientras este reía con diversión ante las cosas tan humillantes que ella le decía, que insensible.

—¡Ni siquiera habíamos empezado y te viniste!

—¡Lo siento!

¿Por qué tartamudeaba ese idiota? no tiene de porqué disculparse.

Ahora oía un fuerte portazo y vió salir a una mujer molesta sin haber tenido algo divertido como ella pensaba.

Era su momento, el gran vecino de al lado le llevaría un vino y a compartir.