Capitulo 3

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Hola de nuevo! Queria comentarles algo, los caps al inicio son un poco lentos por decirlo de alguna forma, pero toman un buen camino -guiño -guiño- Espero que les guste!

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—Las manos, señora Danvers.

Kara aflojó los puños. No podía dejar de pensar en Lena Luthor y en sus arrogantes amenazas.

"Reduciré los edificios de tu familia a escombros, talaré vuestros árboles y venderé a todos los animales de la finca al matadero."

Puta despiadada.

Kara no dudaba de la crueldad de Lena, pero había dejado que la llevara a su terreno al colarse en L Corp presa de un arrebato. Su abuelo había pasado sus últimos días en un manicomio, antes de suicidarse. ¿Acaso ella también estaba perdiendo el juicio? ¿Cómo se le ocurría plantarse en campo enemigo con el Winchester cargado? Debería sentirse agradecida por que Lena la hubiera dejado marchar, pero el indulto le quemaba como si fuera ácido. Lena se la había quitado de encima como si fuera un insecto molesto. Como siempre, su actitud condescendiente ponía a Kara de los nervios.

—Observa los músculos faciales —instruyó Brainy a su protegido, Winn, un delicado joven con una deformidad en la columna que le dificultaba el andar.

—Sí, maestro, muy tensos. —El joven estudiaba el rostro de Kara con la fascinación avergonzada de los niños que ven algo que no deben. En el marcado acento británico que había aprendido de Brainy después de que este lo recogiera de una calle de ciudad Nacional, continuó—: La mandíbula, la boca, los ojos. Su apariencia es... ¿enfadada?

—Un cambio de música, quizá —sugirió el artista.

Winn tapó el tubo de pintura y cojeó hasta el reproductor de CDs.

—¿Mozart? ¿Tchaikovsky? ¿Dixie Chicks? —le preguntó a Kara.

—¿Tengo pinta de que me importe un carajo?

Kara se arrepintió de haber contestado con tanto malhumor. No había ninguna necesidad de pagar su frustración con alguien incapaz de defenderse de la misma manera. Suavizó el tono y se dirigió a Winn de nuevo.

—Clásica me sirve.

Kara miró a través de los altos ventanales. La luz de la tarde cambiaría pronto y podría escapar.

Habría querido anular aquella cita y también la reunión que tenía después con el director financiero de la Corporación Danvers. No obstante, Brainy iba a marcharse de la ciudad en breve para pintar a un senador en ciudad Central y había insistido en completar su última figura sentada antes de irse.

Kara le debía cierta deferencia, ya que el artista había declinado la oferta de un prestigioso encargo y había cambiado sus planes de viaje en varias ocasiones para acomodarse a los Danvers

.

Pincel en ristre, Brainy la contempló con ojo clínico.

—Relájate. No frunzas el ceño. Mantén la posición.

—¿Cuándo podré verlo? —quiso saber Kara.

—Cuando sea descubierto.

Winn cerró la tapa del reproductor de CDs y la conmovedora apertura del Nimrod de Elgar inundó el estudio con su desesperación heroica. Kara notó que se le encogía el corazón. La famosa pieza de música clásica era una de las que se había tocado en el funeral de su hermana nueve días atrás. Obviamente, Brainy también recordaba ese detalle y fulminó a su protegido con la mirada, mientras se pasaba un dedo por la garganta.

El Jardin Oscuro SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora