Y, así, eran todos mis días. Lo único inusual que había en ese día, era el echo de que bajase a las 7:30 en vez de a las 7:00.
Mientras desayunaba:
-¿Me explicas por qué has bajado tan tarde?
-Dos cosas: la primera es que tampoco es que haya tardado demasiado... y la segunda es que puede que haya una razón.- le contesté, con miedo de lo que me pudiera decir a continuación.
-Pues... tendrás que decirme esa razón, ¿no?
-Eeehh...- yo dudaba, ya que no quería decirle la verdad; me llevaría un buen castigo- simplemente esque ví que mi habitación estaba mal recogida, y me puse a ordenarla- me inventé.
-Osea, que me haces esperarte media hora, ¿solo por reoger tu habitación?¡Qué curioso que nunca lo hagas cuando te lo pido y cuando necesito que vengas rápido si, ¿no?!-me contestó.A pesar de que me regañara, yo estaba feliz de que se lo hubiese tragado, aunque en el fondo sabía que dudaba un poco de mí...
Cuando acabé de desayunar, le pregunté de nuevo por la lista de la compra. Ya que antes me regaño por que se me olvidara, le dire, justo antes de salir, que me diera un repaso rápido.
-Bueno, pues me voy a ir llendo.
-Más te vale, que sino cerrará la tienda y entonces te la cargarás...
-¿Me haces un favor?-pregunté
-¿Me lo haces tú?¡VETE!
-Por favor, dame un repaso de lo que tengo que comprar.
-Valee, toma.-*me dió un papel con lo que tenía que comprar*En la lista no parecía que hubiese nada raro. Una lista normal con cosas normales que comprar como pueden ser: leche, azucar, pan, etc... Pero, se me ocurrió mirar detrás de la nota, y ponía: "Bea, cuando acabes de comprar, deja esto en el buzón de la casa de en frente". Aunque me extrañó, me decidí a hacerlo. Al acabar de comprar, volviendo a casa, lo metí en el buzón y, mientras lo hacía, ví que había un garabato raro a pie de página en la nota... parecían palabras...
-Qué raro, ¿no?- pensé.
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La Ventana De En Frente
RomanceBea, era una chica de 25 años, adoptada, cuya vida se basa solamente en lo que le obliga a hacer su único y borde padre; Pedro. Por si el sufrimiento en casa o fuese suficiente, en la calle tampoco era lo mejor, ya que salía solo para los recados qu...