Parte sin título 9 final

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El traje le quedaba perfecto, y estaba ansioso. Quería saltar y saltar, pero ahora es un cachorro más humano, la luz de la luna iluminaba el sitio. El aroma salado del mar inundaba sus fosas nasales haciéndole cerrar los ojos y suspirar. Podía sentirse más relajado.—¿Estás listo? La voz de Nat le hizo saltar del susto. Ido asintió, le sonrió a la chica mientras acomodaba su nueva prótesis de mano.—¿Y Tony?—preguntó por su castaño amo.—Espera por ti. Por cierto, te ves de maravilla amigo—halago sonriente.El nerviosismo aún persistía en su cuerpo. Tenía tan solo seis años pero aún así era un hombre adulto. La perfecta personificación del dicho, "un niño en el cuerpo de un hombre".Tony le explicó que por su edad canina al volverse humano, ganó la apariencia de un completo adulto. Aunque aún le llamé cachorro.—¿Pasa algo Steve?—No, solo, estoy nervioso.La pelirroja río un poco.—Es normal. Tranquilo, todo estará bien.Tomo una gran bocanada de aire para luego abrazarse a ella y seguir el camino que debían recorrer. Bajo por el ascensor del hotel hasta salir del edifico y adentrarse a la limusina que los esperaba.Esta condujo hasta la playa, podía escuchar las olas romper contra la arena. Cuando finalmente llegaron a su destino las luces de las velas alumbran su camino. Sus piernas se volvían gelatina, pero aún así bajo del vehículo. Avanzó por la arena cuidando su bello traje blanco, acomodo el velo en su rostro manteniendo la postura. Llegó al pie del altar, le echo una última mirada a sus amigos y familiares, aquellos que ganó con el tiempo. Por supuesto la mayoría eran de Tony.En cuanto subió la música empezó a sonar, esa melodía cliché de las bodas. Siendo tocada por aquellos hombre que Anthony contrato. Nat que aún permanecía a su lado apretó su mano en señal de apoyo. Trago saliva viendo a su amado allí parado, su querido amo, siempre tan elegante, sensual y sobre todo perfecto con sus encantos. Podía olfatear el nerviosismo del castaño, al menos sabía que no era el único ansioso.—Te ves... adorable cachorro—comento Stark levantando un poco la tela del velo, para poder unir sus labios en un dulce beso.—También tú—sonrió sonrojado.—todo te queda bien.Lo abrazo provocando suspiros de adoración en el público. Se separaron y procedieron a ver al juez que uniría sus vidas para siempre.La ceremonia fue hermosa, o eso creía Steve pues nunca ha estado en una. No entendía mucho el parloteo del anciano frente a ellos, pero se quedó callado, además del "si acepto" claro está. Después de esa pregunta pudo besar finalmente a su ahora esposo.Que palabra tan extraña, pero raramente se sentía bien pronunciarla.

Un cachorro y nada  masDonde viven las historias. Descúbrelo ahora