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-¿Por qué lo compraste?- preguntó Hermione a Delphini, quien examinaba un collar esmeralda en sus manos.

La chica se alzó de hombros, tampoco sabía que la había llevado a comprar ese collar pero ya lo hizo. Salieron del palacio hace unas horas y al pasar por el mercado de un pueblo el objeto en sus manos llamo su atención desde los estantes de la tienda en donde estaba. Lo compro a un bajo precio y tenia pinta de no valer mucho pero lo guardo por igual, no podía deshacerse de eso por capricho.

Siguió a los reyes que iban delante de ellos, todos a caballo y un carro de madera para transportar sus cosas y algunos sirvientes. No era mucho pero era lo necesario para sobrevivir a la naturaleza. Fijo su vista en los extensos bosques que podía ver y sus páramos amplios, quería ir a investigar pero no podía desviarse del camino.

-Aún no estoy convencido de esto- escucho el murmullo de Neville.

Giro su cabeza para verlo mirando la ballesta que tenía en la mano, los cuatro llevaban ropa más cómoda para andar al aire libre al igual que los reyes, pero eso era otro cuento.

-No te preocupes- desdeño Delphini.- La ballesta se te da mejor, las batallas a larga distancia parece ser tu mejor curso de acción- explico al verlo aun con la duda.

Neville asintió un poco convencido, no podía asegurar que podría defenderse con éxito pero lo iba a intentar.

-¿Qué harás cuando lleguemos?- cuestionó Jade a Delphini, quien lo giro a ver.

-Tal vez me anima a cazar un oso, dicen que en ese lugar son más feroces- dijo pensativa, deseaba que llegara ese momento y poder poner en practica todo lo que aprendió en sus clases.

Jade se sorprendió ante la osadía de la chica, pero sonrió sabiendo que así era su actitud y carácter, le gustaba desafiar los peligros a su parecer.

-Eres increíble- rió Hermione al escuchar sus palabras.

También quería poder defenderse pero sabía que no poseía las fuerzas necesarias para hacerlo, por lo que se quedaría con el arco que le habían dado para practicar.

-¡Apuren!- escucharon el llamado de Godric.

Notaron que se habían quedado atrás por lo que instaron a los caballos a avanzar con rapidez y poder alcanzarlos. Caminaron por unas horas más hasta que el sol se irguió en el punto más alto del cielo, por lo que decidieron detenerse a comer algo y darle de beber a los caballos junto a algo de comida. Estaban a la mitad del camino por lo que podían asegurar que llegarían antes del atardecer, por lo menos para poner un campamento y protegerse en la noche.

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-Irán de cacería mi señora, los reyes y sus herederos estarán ahí- informó un extraño ser rodeado de oscuridad.

La mujer en medio de la sala medito sus planes, encontrando esa información muy placentera.

-Alista todo, mataremos a los reyes- susurró maliciosa mientras la chimenea frente a ella ardía con más fuerza.

Deseaba poder controlar todo el mundo y dejarlo a su merced. Ya nadie estaba para detenerla, Merlín había muerto.

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-Empezaremos mañana con la cacería- avisó Godric a los jóvenes.

Estos estuvieron de acuerdo, siguieron con lo suyo, lo cual consistía en arreglar todo para tener una carpa y dormir en la noche. Los sirvientes habían hecho un campamento unos metros más allá con guardias protegiéndolo.

Caminos EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora