Quédate

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A la mañana siguiente Kerem, Eda, Osman y yo, estábamos esperando a los demás en el pequeño callejón.

Comíamos avellanas cuando Isik llegó y al no ver a Sinan pregunto por él.

–Debe estar por ahí desmayado.–Dijo Osman.

–X.– Hablé.–¿Qué vamos a hacer con Burçu? Debemos hacer que rompan antes de que lleguen más lejos.

–Creo que Burçu solo se está divirtiendo.– Contestó Eda.

Posteriormente Kerem nos informó que la profesora no había asistido ese día, pues se había comprometido.

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En la salida me dirigí hacia mi casa y por suerte encontré a la señora que prepara la deliciosa comida.

Le pedí de favor que hiciera caldo de pollo y acepto, en lo que me cambiaba de ropa, me arreglaba, ordenaba un poco mi cuarto y hacia algo de tarea para distraerme, ella lo preparaba.

Cuando ya no tenía nada más que hacer, bajé y fui a la cocina por el caldo, ya estaba listo así que lo guarde con cuidado en mi mochila y me encamine a la salida. Al abrir la puerta me encontré con Kerem y nos quedamos observando.

–¿Qué me ve Ramirez?¿Qué me ve?– Me burle desafiante y él comenzó a reírse.

–¿A dónde vas?– Pregunto curioso y alce los hombros.

–Por ahí.

Antes de que preguntara algo más, huí de su vista y fui camino al ferry, tome el de siempre y cuando llegué a mi destino, toque el timbre.

Espere unos segundos hasta que abrieron la puerta, pude ver qué estaba muy mal.

Sinan se veía un poco pálido y debajo de sus ojos se le marcaban las ojeras. Por instinto levanté la mano para tocar su frente y checar si tenía temperatura, pero la detuve en el aire cuando desde dentro del hogar me llamaron.

–_____.

Mire adentro y ví a Isik parada al lado de los sillones, mi vista viajo rápidamente a la mesita y ví que había comida en ella.

Supongo que no era la única con interés en Sinan.

Le sonreí a la rubia y luego mire a Sinan, el estaba mirándome todavía.

–Solo te traje un poco de caldo de pollo, a mí me ayuda cuando estoy enferma.

–Adelante.– Me invitó a pasar y yo acepte.

Caminamos hacia la mesita y en el espacio que quedaba, deje el gran traste con el caldo. No quería obligarlo a comer más, ya que era suficiente con lo que Isik había traído, así que decidí guardarlo en el refrigerador para que no se echara a perder.

–Lo meteré en el refri.– Dije y me levanté del asiento para ir a la cocina, abrí la puerta y estaba casi vacío, solo habían algunos vegetales, unos huevos, un poco de leche.

Tenía demasiado espacio, así que puse el traste en el primer lugar que se me ocurrió.

Regrese a la sala e Isik ya no estaba, tampoco sus cosas.

–¿Dónde está?– Pregunté y Sinan me miró.

–¿Qué?

Me acerque al sillón y señale en dónde la rubia había estado sentada.

–Isik.

–Se fue, dijo que tenía cosas que hacer.– Tomo un largo trago de la bebida que tenía y yo tomé mi mochila.

Mystery Of Love (Amor 101 y Tú)   EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora