Capítulo 5

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*días después*

- ¿A qué hora vuelves?

- ¿Debo decírtelo? – la castaña arqueó las cejas, mirando a Ron.

- Al menos debo saber si te tengo que esperar para comer o no.

- Bien. No me esperes para comer, que vengo tarde.

- ¿Para cenar?

- Tampoco. Estaré aquí, como mínimo, después de cenar.

Ahora fue el turno del pelirrojo de arquear las cejas.

- Vaya, qué vida ocupada la tuya.

- ¿Es un problema para ti?

- No, no, para nada – dijo el chico con ironía.

- Sabías que mi trabajo me iba a consumir tiempo, Ronald. Te lo dije antes de que vinieras a vivir conmigo.

- Bueno, no pensé que solo te vería cuando te vas a trabajar.

- Mejor me voy, no quiero discutir contigo ahora.

Y se apareció en el Ministerio. Resopló. Malditas peleas diarias. Maldito el momento en que decidió que vivir con Ron sería lo mejor para su relación...

'... y mala hora en la que pensé si quiera que podría ser feliz a lado de Ron' – pensó con amargura.

No era momento de ponerse en ese plan. Ni de arrepentirse de nada. Las cosas estaban hechas, punto.

Inhaló y exhaló con fuerza y entró a su oficina.

- Ah, señorita Granger. Venía a hablar con usted.

- Kingsley. Digo, señor ministro. Dígame, ¿qué ocurre?

- Bueno. El Wizengamot ha dado un veredicto acerca de la nueva legislación para los elfos domésticos...

- ¿Y? ¿Qué decidieron?

- Míralo por ti misma – y le extendió un ejemplar de "El Profeta"

El titular de ese día era:

"NUEVA LEY EN EL DEPARTAMENTO DE LAS CRIATURAS MÁGICAS"

Luego de tantos años en el que los elfos domésticos han sido considerados los más fervientes servidores de los magos, se ha lanzado una nueva legislación, que ha sido aprobada por mayoría de votos mínima en el Wizengamot y propuesta por la bruja Hermione Granger, donde se ha dado a conocer que los elfos domésticos tendrán que dejar de trabajar mediante esclavitud, sino que ahora recibirán una paga mínima de dos galeones semanales y liberar, como mínimo, dos fines de semanas al mes.

- O sea que... ¿lo logré? – Hermione tenía lágrimas de alegría en los ojos.

- Lo lograste. – Kingsley sonrió.

Hermione estaba estupefacta y con una sonrisa plantada en el rostro. ¡Por fin! ¡Puedo hacer lo que tanto quiso! ¡Ayudó por fin a los elfos!

- Por fin, por fin pude hacerlo.

- Creo que ya no necesitas trabajar en esta área del ministerio, ¿no crees?

- Bueno...

- Piénsalo. Hay un puesto en el Departamento de Seguridad Mágica. Es una gran oportunidad para ti. En unos años podrías ser jefa del departamento, y quien sabe, hasta podrías ser mi sucesora – le guiñó un ojo y salió de la oficina.

QUÉ HUBIERAMOS SIDO JUNTOS - HARMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora