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━━¡Ya arrodillense ante el Rey!
Hace un largo tiempo lejos de donde tu te encuentres.
Existía un reino inhumano vano y vil.
Su nombre era Boten, el reino amarillo donde ninguna persona se salvaría de la oscuridad.
El príncipe al mando, Manjiro Sano.
De 15 años, caprichoso e infantil, era como se le describía en su personalidad pero a la vez era alguien demasiado frío e inexpresivo con cualquier persona exceptuando a una.
Los muebles finos eran su adoración, los podías observar en todo el castillo.
Su sirviente "igual" a él en comparación, todos los que se encontraban en aquel castillo hacían esos comentarios pero realmente Takemichi y Manjiro no se parecían en nada, lo único que los unía era la soledad y el cabello teñido de Takemichi quien colocó el mismo color de cabello que él de su Rey.
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En el salón del comedor se podía observar la pintura de una yegua.
Josephine la yegua de Manjiro y la más preciada posesión de éste.
Todo lo que veías en aquel lugar era suyo si cruzaba su imaginación.
El dinero nunca lo logró preocupar, Koko se encargaba de eso y lo manejaba de manera perfecta que nunca debían preocuparse siempre sobraba dinero a montones.
¿Manjiro quería algo? Solo tenía que pedirlo y una cuerda tirarían para entregarle lo que él deseaba.
Oh, pobre de aquel que osara enfrentarle, Sanzu no dudaría en degollarlo después de resivir la orden de éste...
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