Capítulo 11

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Caminaron a la par por las calles de Seúl dirigiéndose al local de brochetas

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Caminaron a la par por las calles de Seúl dirigiéndose al local de brochetas. La más emocionada era la omega, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había ido a comer esos deliciosos palitos de carne.

Al llegar al local, se dirigieron a una mesa de a dos y se sentaron frente la otra. Pidieron las brochetas a un amable camarero, y aprovecharon los minutos que debían esperar para seguir conversando. No quitaban la mirada de la otra, solo se miraban curiosas y ansiosas por seguir conociéndose.

Las preguntas no parecían tener un fin. Ambas sentían que, con cada respuesta, era como si antes ya las sabían, pero habían sido olvidadas con el paso del tiempo. Era una sensación confusa, pero no molesta.

Al llegar el joven camarero hacia la mesa con la comida, dejaron la conversación para empezar a comer. Cuando terminaron, pidieron la cuenta y al pagar dejaron el local.

Realmente no sabían a donde ir, solo caminaban mientras seguían hablando de distintos temas.

Las lobas de ambas estaban felices y satisfechas de volver a estar cerca. Habían esperado tanto para su reencuentro.

—Por cierto, ni pienses darme ordenes solo porque eres una alfa.

—No pensaba hacerlo, realmente no pienso que la alfa es alguien superior —se encogió de hombros. Lisa asintió, quedando tranquila.

Siguieron caminando sin un destino claro, pero seguían surgiendo más cuestionamientos.

—¿Te mandan seguido a dirección? —preguntó Rosé.

—Siempre que hay una clase de la señora Lee. No puedo guardar mis opiniones, supongo —estaba intentando recordar una pregunta que tenia hace un rato, pero no lo lograba. Inconscientemente hizo un pequeño puchero, que no paso desapercibido por parte de la rubia.

Esta última, sonrió enternecida. La omega podía llegar a ser tan fría y seria ante la vista de los demás, pero en el fondo era como un gatito tímido.

—¡Cierto! De todos las omegas y betas que están detrás de tuyo, ¿ninguna te ha gustado?

—Ninguna —habló tranquila—. ¿Y a ti? Eres famosa entre los alfas.

Lisa hizo una mueca, realmente nunca quiso llamar la atención de ellos, pero lo había logrado sin querer.

—Ninguno. Todos ellos solo quieren una cosa y luego presumirlo —Rosé entendió a lo que se refería. Había varios de los alfas que solo querían pasar sus celos con una omega, para luego presumirlo como si fuera un objeto—. Eres líder de una manada, ¿cierto?

—No, ya no. Renuncié a eso —hace poco tiempo que Rosé había ido a la casa de sus padres solo para decirles que ya no seguiría liderando la manada. Aunque no se lo tomaron bien, lo aceptaron, pero recalcando que ahora ya no seria una alfa con un poder mayor.

La menor iba a decir algo, pero su celular empezó a sonar. Contestó la llamada de su hermano, él cual le decía que dónde estaba ya que aun no llegaba a casa. Ahí fue cuando Lisa se había dado cuenta de la hora y además de que ya estaba anocheciendo.

Rosé la acompañó hasta su casa, caminando en un silencio cómodo. Al llegar, solo se despidieron con palabras y una sonrisa.

 Al llegar, solo se despidieron con palabras y una sonrisa

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Sweet or cold ¹ | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora