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Rosé caminó por fuera de una florería pero antes de seguir su camino, unas rosas amarillas llamaron su atención. Entró al lugar para verlas, porque realmente eran hermosas.
—Buenos días —saludó la mujer detrás del mostrador con una linda sonrisa.
—¿Necesitas ayuda?
Ella asintió.
—¿Qué significan las rosas amarillas? —la omega se alegró aún más, no muchos preguntaban el significado.
—Cariño, alegría y jovialidad —miró a Rosé, la cual iba bastante arreglada. Aunque su ropa era 'simple', cada prenda estaba perfectamente combinada y sin alguna arruga, la joven no iba solo a salir por ahí—. ¿Primera cita? —la alfa le miró sorprendida, pero le mostró una sonrisa mientras asentía.
La mujer tomó una rosa amarilla y la llevó al mostrador. Sacó papel craft para hacer un arreglo. Puso la flor al medio y la combinó con ramas verdes, los envolvió con el papel. Terminó el arreglo al poner un listón, también amarillo.
—Regalar una rosa es ideal en una primera cita —le entregó el arreglo.
—¿Cuánto es? —estaba apunto de sacar su billetera, pero la omega la detuvo.
—Es la primera vez que me preguntan el significado de una rosa. Solo suelen llevarse las flores mas lindas para arreglar sus errores con su pareja, sin importarles el mensaje de estas —tomó la mano de Rosé y puso el pequeño arreglo—. Es un regalo. La próxima vez que vengas te cobro —le dio unas palmaditas en el hombro—. ¡Suerte!
La rubio le agradeció y salió de la florería. Retomó su camino al lugar acordado para la cita.
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Se miró por sexta vez al espejo, no le convencía con ningún atuendo.
—Lis, te ves linda hasta con un saco de papas. Ya deja de probarte tanta ropa. ¡Te ves hermosa con eso! —Jennie se tiró a la cama de Lisa agotada. Llevaban dos horas eligiendo y probando ropa.
—Creo que me probaré otro atuendo —Kim se levantó rápido, y detuvo los movimientos de la omega.
—¿No me escuchaste? Te ves hermosa. Repito, ¡hermosa!
Llevaba una polera blanca, jeans ligeramente rotos de color celestes, botines negros y un abrigo café claro. Su cabello estaba un poco desordenado, pero se veía bien.
—Ya ándate, llegaras tarde a tu primera cita con Rosé —ella asintió. Tomó su teléfono, llaves y billetera, los guardó en sus bolsillos y salió de su habitación para ir la cita.
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Acariciaba con delicadeza los pétalos amarillos de esa linda rosa, mientras Rosé miraba cada detalle de la carita de la omega.
—Me dijiste que te gustaba correr por el bosque, ¿por qué no vamos? —preguntó la menor intentando ocultar su sonrisa mientras miraba aquella flor.
—Aun falta para el anochecer —miró el cielo, todavía era de día.
—Podemos caminar lento, o solo sentarnos en una roca del bosque mientras esperamos —dijo indiferente, mientras dejaba de ver la rosa y enfocó su vista al frente.
Rosé sonrió, en el fondo sabía que esas palabras no eran del todo indiferentes para la chica.
—Es una buena idea —tomó su brazo comenzando a caminar por un camino distinto y llegar más rápido al bosque.
Ambas iban emocionadas, aunque como siempre, una lo demostraba más que otra. De cualquier forma, el sentimiento era mutuo.
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