Llegó el día de la fiesta de graduación. Suspiró tranquila, mientras acomodaba su cabello y luego empezaba a abrochar los botones de su abrigo. Le parecía gracioso el hecho de que, la más nerviosa estaba, era su madre en vez de ella.
Lo único que le faltaba, aparte de ponerse los tacones, era abrocharse los botones de sus muñecas. Al ver que no lo lograba, frunció su ceño e hizo un pequeño mohín.
—Te ves linda haciendo ese puchero —Lisa elevó la vista hacía el espejo, para ver por medio de este que en la puerta de su habitación estaba Rosé sonriéndole.
La alfa llevaba un vestido largo y blanco, su cabello estaba correctamente peinado, dejando a la vista su frente. A la altura de su pecho había un broche enganchado en forma de una flor.
—¿Hace cuánto que estas aquí? Y lo más importante, ¿cómo entraste?
—Estoy desde que frunciste tu ceño —se acercó a la omega para tomar una de sus muñecas. Con la mirada, le pidió permiso, ella asintió y Rosé empezó a abrochar los botones de la muñeca de la tailandesa— . Y, tú mamá me dejó entrar, me dijo que te venga a buscar y que te diga que te apures.
Cuando termino, Lisa elevó la mirada para verle directo.
—Gracias... —murmuró.
Estaban tan cerca, de hecho, si daban un paso más, podrían fácilmente llegar a besarse.
—¡Chicas! ¡Bajen o llegaremos tarde a su graduación! —las jóvenes se separaron rápidamente.
—D-Deberíamos irnos —Rosé rascó su nuca, mientras miraba otro punto de la habitación, con un leve sonrojo adornando sus mejillas.
Lisa tomó sus tacones y se los puso rápidamente. Bajaron apurados, mientras se dirigían a la puerta principal de la casa que daba a la calle.
—¡Hey! Esperen, esperen —la pareja se detuvo para mirar a la mujer, quien en sus manos tenía una cámara—. Júntense para tomarles una foto.
—Mamá... —Lisa la miró reprochándole con la mirada.
— Shh... Hagan lo que les dije, rápido rápido —ellas se juntaron. Rosé pasó una de sus manos por la estrecha cintura de Lisa, mientras que la pelinegra pasaba su mano por la espalda de la rubia, ambas sonreían. La omega mayor presionó el botón de la cámara para tomar la foto. Cuando pensaban que aun no tomaban la segunda foto, la neozelandesa miró a Lisa, haciendo que esta mirase también, sin quitar sus sonrisas. Aprovechando la posesión, su madre tomó rápidamente la foto, y definitivamente, esa sería su favorita—.
Listo, es hora de irnos.La graduación se llevaría acabo en el gimnasio del colegio, el cual era suficientemente grande para que entren muchos más cursos.
Estaba adornado elegante, habían mesas para cuatro personas con los nombres de las parejas. Para los padres había distintas mesas, un poco más grandes para que varios pudieran sentarse juntos.
Rosé y Lisa caminaron a la par tomadas de la mano, no sabían en que momento decidieron juntarlas, pero de cualquier forma estaban cómodas. Caminaron hacia la mesa que tenía sus nombres junto con el de sus amigas, además de un ramo pequeño de flores de plumbago.
"Esta mesa es para: Roseanne Park, Lalisa Manoban, Kim Jisoo y Jennie Kim. ¡Feliz graduación!"
La ultima pareja mencionada ya estaba sentada en sus respectivos puestos. Al llegar, la menor se quitó su chaqueta y la dejó en el respaldo de su silla que estaba junto a la de Rosé. Se sentaron y esperaron pacientes a que todos llegaran mientras conversaban entre sí, emocionadas.
La música empezó a escucharse por todo el lugar luego de que hayan llegado todos los graduados. Algunos bailaban animados, otros cantaban animados, o algunos solo comían lo que vieran en la gran mesa que contenía algunos bocadillos.
Lisa había decidido salir fuera del gimnasio y respirar el aire fresco. Desde fuera se podía escuchar la música, pero en menor volumen, era mucho más cómodo. Escuchó la puerta del gimnasio abrirse y luego unos pasos acercándose a ella, mientras la puerta volvía a cerrarse.
—Te estaba buscando —era la voz de Rosé.
Volteó para mirarla.
—Te acepto —habló sin nervios, segura de su respuesta. La otra le miró confusa.
—¿Eh?
—Ya se cumplió un mes, el cortejo acabó —sonrió divertida. Rosé empezó a asentir recordando que ese día se cumplía un mes.
—Oh, cierto. ¿Entonces...? —caminó para rodear con sus brazos en la cintura contraria mientras sonreía.
—No me hagas decirlo de nuevo —Park le hizo un mohín pidiéndole que lo diga de una vez más. La omega hizo una mueca para luego mostrarle una leve sonrisa. Elevó sus brazos para posarlos en los hombros de la alfa y juntar sus manos detrás de su cabeza—. Te acepto, y te quiero para el resto de mi vida, Roseanne Park.
Ambas se sonrieron para, por fin luego de mucho tiempo de espera, juntar sus labios en un beso lento, disfrutando el momento sin apuro alguno.
Una alfa dulce, una omega fría, sin algún interés en ser como la sociedad quería que fueran. ¿Qué más daba? Ahora ambas podrían disfrutar sus vidas juntas. ¿Y quien sabe? Quizás en otra vida también vuelvan a unirse por medio de sus lobas. De cualquier forma, fría o dulce, sabían que serían felices juntas.
Fin.
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Sweet or cold ¹ | Chaelisa
RomanceLa alfa era dulce como la miel, en cambio la omega era fría como la nieve. Las alfas deberían ser las frías, y las omegas las dulces, ¿no? Pero, al fin y al cabo, eso era un estereotipo más. Primera temporada de 'Sweet and cold baby'. ➼ Adaptación ©...