δύο. Mi compañero

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¿σύντροφος ζωής? ¿Qué era eso? ¿Qué idioma era?

—Ven, αγάπη, tenemos que hablar, seguro tienes preguntas —dijo el extraño, su voz transmitía dulzura, como la que tiene alguien al hablarle a un niño y, al Jasper sentir sus emociones gracias a su don, sentía cariño, anhelo, nostalgia y un alivio desbordante, como el que sientes cuando una larga espera termina. Eran emociones que embriagaban al rubio de una manera que nunca antes había experimentado.

—Espera —Jasper se quitó la hipnosis que cargaba—. ¿Qué es σύντ-, lo que sea? ¿Y αγ-eso?

El extraño, Tiresias, le recordó su mente aturdida, se rió. Oh Dios, su risa era como una melodía celestial.

—Sígueme, esta conversación será algo larga.

Se adentraron en el bosque, no tanto como esperaba Jasper, sino que estaban como bordeándolo, hasta llegar al extremo oeste, un tanto alejada de la ciudad, pero lo suficiente como para que los humanos no de acerquen a husmear. Ahí había una casa rural, se veía que fue construida hacia tiempo (Jasper podía ver las grietas en las tablas de madera que formaban las escaleras hasta un porche, junto a la decoloración de algunas secciones) y, a pesar de eso, estaba muy bien cuidada.

La pequeña casa no tenía chimenea. La entrada daba a una sala decorada con los mismos tonos marrones y los muebles se veían hechos para ser cómodos, no decorativos. Había dos arcos, uno a la derecha y otro en frente de la puerta de entrada; la de la derecha abría el espacio a un dormitorio mediano, no había tantos muebles, solo la cama, el closet y una mesita para una lámpara; la otra entrada, la de enfrente, daba a una cocina que solo tenía una nevera y una mesa con dos sillas. Todo estaba escasamente amueblado, parecía que era más una casa de paso que una vivienda permanente.

Los ojos de Jasper se movían rápidos analizando cada pequeño espacio de la casa y, mientras eso pasaba, Tiresias, desde detrás del rubio, metía sus manos en los bolsillos de su jean, viendo con atención todos los rasgos del contrario.

Jasper era alto, unos centímetros más alto que Tiresias, su cabello rubios era largo y tenía un peinado como si solo se pasara la mano y ya quedara perfecto, su piel era un poco morena por un bronceado que tenía al ser humano, con el típico brillo antinatural de los vampiros, sus ojos dorados estaban brillantes porque se acababa de alimentar, se notaba que al ser humano hacía ejercicio y se acentuó un poco al convertirse. Vestía unos jeans también, una camisa de algodón color blanco, con una chaqueta de jean encima, sus zapatos eran unos deportivos blancos, llevaba un collar con un escudo, pero el moreno no pudo distinguir bien el emblema. Se veía exquisito.

Tiresias tocó el hombro de Jasper.

—Adelante, tenemos que hablar —le sonrió, Jasper se hizo a un lado dando el espacio suficiente para que pasara y guiara al menor.

Pasaron a unos muebles individuales que estaban en la sala, Jasper se sentó en uno que tenía el espaldar hacia la pared, una costumbre de sus años antes de unirse a los Cullen. Tiresias lo notó, pero no comentó nada, eligiendo sentarse en el mueble en frente de Jasper, cruzando las piernas y recostándose en el proceso de acomodarse.

Se vieron fijamente por unos minutos, esperando a ver quién hablaba primero.

—Entonces, ¿ya me explicarás lo que significa eso que me llamaste? —rompió el silencio el vegetariano, causando una sonrisa de lado al de ojos rojos.

—Bueno, αγάπη significa amor, eso es lo que eres para mí, solo tenemos que averiguar en qué contexto —empezó a explicar Tiresias, descruzando las piernas e inclinándose hasta apoyar los codos en sus rodillas, sosteniendo su cara con sus manos, como si estuviese viendo una obra de arte en la que quiere concentrarse completamente—. Por otro lado, σύντροφος ζωής significa compañero de vida, ¿has escuchado de eso, pequeño?

Τειρεσίας | Jasper Hale |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora