La magia de la deducción (Parte 2) (Sherlock Holmes y Tú)

La criatura extraña del establo

El verano estaba a punto de terminar.

Estaba haciendo una pequeña bolsa de deporte, ya que iría a pasar el fin de semana en casa de Sherlock con John, Mary y Molly. Estaba algo molesta con ellos, ya que no me habían escrito en todo el verano, pero la señora Holmes llamó ayer a mi casa invitándome a ir, no tuve más remedio que aceptar.

De pronto unos pequeños golpes tocaron en mi puerta.
-Pase- dije cerrando la bolsa.
-Hola- dijo mi padre entrando en la habitación -Mi amor, no hace falta que hagas la maleta ahora. Aún es lunes-
-Lo sé- dije sonriendo -pero no quiero olvidarme de nada-
-Está bien pequeña- dijo mi padre riendo -te prometo que el jueves al anochecer comenzaremos a hacer la maletas en condiciones ¿De acuerdo?-
-Vale papá- dije levantándome -¿Puedo ir a jugar con Buckbeak?-
-Claro princesa- dijo besando mi mejilla.

Corrí al establo y saqué a Buckbeak para que corriese por el prado, le encantaba sentir la brisa golpeando su plumaje y extender sus enormes alas mientras corría.
Buckbeak se puso frente a mi y rozó su pico contra mi mejilla para animarme, el no haber recibido cartas de mis amigos me tenía muy disgustada.
-¿Por qué no me habrán escrito?- dije acariciando su cabeza -¿Crees que se habrán olvidado de mí?-
Buckbeak gorjeó y negó con la cabeza.
-Tal vez tengas razón- dije sonriendo levemente -seguramente sus cartas se extraviaron, por eso no me llegan-

De pronto escuchamos un fuerte ruido en el establo como si algo se hubiese caído, así que corrimos a averiguar que pasaba.
Entramos con cautela y vimos que había herramientas en el suelo que se habían caído de una de las mesas.
-¡¿Hola?!- dije en voz alta -¡¿Hay alguien?!-
No se escuchaba ni un solo ruido, tan solo la respiración de Buckbeak.
-prometo no hacerle daño si sale- dije amablemente -pero debe mostrarse-

Escuchamos un pequeño ruido de pasos, y vimos que de la parte de arriba una pequeña cabeza se asomaba entre los fardos de paja.
-Hola- dije ante aquella extraña criatura -¿sabes hablar?-
La pequeña criatura asintió avergonzada.
-¿Cómo te llamas?- dije -¿Y que clase de criatura eres?-
-Me llamo Toby- dijo aquel ser bajando hasta donde yo me encontraba -y soy un elfo doméstico-

Toby tenía unos enormes ojos de color azul verdoso, era una criatura fea y con unas grandes orejas puntiagudas. Llevaba puesto una especie de trapo ajado con dos nudos en los hombros para poder ponérselo.
-Yo soy (T/N)_______ Potter- dije sonriendo inclinándome a su altura -¿Qué te trae aquí?-
-Toby a venido a prevenirle señorita- dijo -(T/N)______ Potter no debe de volver este año al colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Hay un plan para que sucedan las cosas más terribles este año-
-¿Qué clase de cosas?- pregunté -¿Quién lo está tramando?-
-No puedo decírselo- dijo -me castigarían si tan solo supieran que estoy aquí-

De pronto la criatura corrió hasta una de las columnas del establo y comenzó a golpear su cabeza contra ella repitiendo una y otra vez "Malo. Toby Malo"
Le agarré entre mis brazos y le llevé a la cocina.
-Siéntate por favor- dije.
De pronto Toby comenzó a llorar con fuerza. Intenté calmarle y lo conseguí.
-Lo siento- dijo sonándose a sus trapos -Es que nunca nadie había tratado a Toby como si fuese un igual-
-Pobrecito- dije agarrando un pastelito de calabaza -toma, estarás hambriento-
-Gracias- dijo con los ojos vidriosos de nuevo dando un bocado al pastel -Toby lleva muchos días sin comer. había oído hablar de su grandeza señorita pero jamás me la imagine de este modo-
-Tranquilo- dije -veo que no has tratado con muchos magos como yo-
-No nunca en mi vida- de pronto su cara empalideció -que cosa tan horrible e dicho-

Agarró una sartén y comenzó a golpearse en la cabeza con ella.
Sin lugar a duda me había encontrado con una criatura muy extraña pero entrañable al mismo tiempo.