Pociones y un partido

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Aquella mañana teníamos clase con McGonagall.
En aquella clase yo estaba sentada con John mientras Sherlock y Mary estaban detrás.
Estuvimos intentando transformar animales en cálices de agua pero el pobre John no pudo por el mal estado de su varita.

De pronto, Sherlock alzó su mano para preguntar.
-¿Si señor Holmes?- dijo la profesora.
-Profesora...- dijo Sherlock -¿Podría hablarnos sobre la cámara de los secretos?-
-Está bien- dijo ella con un suspiro -Hogwarts fue fundado hace más de 1000 años por los cuatro grandes magos del momento Godric Gryffindor, Helga Huffelpuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin. Tres de ellos convivieron en perfecta armonía salvo Slytherin, el cuál creía que la enseñanza de la magia debería reservarse únicamente para los hijos de magos, en otras palabras los sangre limpia. Como no pudo convencer a los otros, decidió abandonar el colegio y de acuerdo con la leyenda, Slytherin construyó una cámara oculta dentro del castillo y antes de su marcha la selló hasta que el verdadero heredero llegase al colegio y purgase la escuela de aquellos que en su opinión no fuesen dignos de estudiar magia. Tan solo el heredero tiene el poder para abrir dicha cámara y solo una persona fue capaz de encontrarla-
-Mi abuelo- susurré y ella me dio una mirada de complicidad.
-¿Qué dice exactamente la leyenda sobre que hay en esa cámara?- dijo Sherlock.
-Se dice que es el hogar de un monstruo- dijo McGonagall.

Cuando las campanas sonaron indicando el final de la clase, la profesora McGonagall me tomó del brazo con suavidad.
-Potter- dijo ella -ten mucho cuidado por los pasillos. Nadie cree que seas tú la que causa esto-
-Lo tendré profesora- dije con una sonrisa.
-Y...- dijo sonriendo -diga a su compañero Watson que cambie su varita-
-Si profesora- reí antes de salir.

Me reuní con mis compañeros en el pasillo camino del comedor.
Estábamos aún en el patio de transformaciones cuando John comenzó a hablar.
-¿Creéis que es cierto?- dijo él -¿Existirá realmente?-
-Si- dije seria -mi abuelo la encontró pero nunca me dijo donde estaba-
-¿Por qué?- dijo Sherlock.
-Supongo que para protegerme- dije -le escribiré una carta preguntándoselo-
-Puede que le asustes- dijo Mary.
-Pero por otro lado- dijo Molly -nos proporcionará información útil-
-Yo creo que la heredera es Adler- dijo John -a lo mejor se lo podríamos sacar a sus amigas-
-Hay una forma- dijo Sherlock -pero nos saltaríamos muchas normas y sería muy peligroso-
-Sherlock- dije seria -estás hablando con la nieta de Harry Potter... no conozco el miedo al peligro-

Nos dirigimos todos juntos a la biblioteca y Sherlock fue a la sección de pociones para buscar un libro muy ajado.
-Aquí está- dijo leyendo -La poción multijugos. Bien hecha, la poción multijugos permite, temporalmente al que la bebe transformarse en la forma física de otro-
-Osea que si nosotras tres la bebemos- dijo Mary -Seremos Lisa, Anna y Rebecca-
-Si- dijo Sherlock -pero es difícil... nunca he visto una poción más complicada-
-Eres el maestro de la pociones- dije -seguro que lo logras-
-¿Cuánto tiempo nos llevará?- dijo Molly.
-Un mes- dijo Sherlock con una mueca.
-¡¿Un mes?!- dije -Pero si Irene es la heredera de Slytherin, habrá muchos más ataques a nacidos de muggle-
-Lo sé- dijo él -pero no tenemos otro plan-

Después de comer, me fui a mi habitación donde había unas cartas sobre mi cama.
Las abrí y vi que eran de mi padre y mi abuelo, lo que me hizo sonreír.
Según ellos, vendrían a verme al partido de mañana y se quedarían el fin de semana.
Les extrañaba mucho y sobre todo en aquella terrible situación que estaba viviendo.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano y bajé a desayunar junto al equipo.
Al entrar al comedor, me llevé una gran sorpresa.
-¡Papá!- grité al ver a mi padre -¡Abuelo!-
-¡Hola pequeña!- dijeron los dos a la vez abrazándome.
-Cuanto pesas- dijo mi padre.
-Es el uniforme- reí.
-McGonagall- dijo mi abuelo -me ha contado todo... ¿Quieres que después del partido charlemos sobre el tema?-
-Si abuelo- dije sonriendo.

Una vez terminamos de desayunar, fuimos a hacer los calentamientos previos al partido.
El estadio comenzaba a llenarse de gente y los nervios aumentaban.
Tomamos nuestras posiciones para salir al campo y cuando nos presentaron salimos para colocarnos.

Todo el público gritaba como loco y el partido era muy intenso.
Yo buscaba la Snitch pero no conseguía localizarla.
Slytherin consiguió ventaja con un 90 a 30 pero no iba a consentir que eso pasase.
Ascendí un poco con mi escoba e Irene se puso a mi lado.
-¿Qué pasa Potter?- dijo ella con burla

De pronto una Bludger casi colisiona contra mí pero tuve reflejos y me aparté.
-Ten cuidado (T/N)______- dijo Kevin.
-¡Apártate Kevin!- grité cuando la bola volvió.

Kevin no pudo apartarse y la Bludger impactó en su escoba haciendo que se partiese.
Aquella bola, comenzó a perseguirme por todo el campo de juego y en todas direcciones.
Rompía gradas, chocaba con los jugadores... pero logré despistarla un segundo.
-¿Ensayando Ballet?- dijo Irene riendo.

Un destello dorado apareció detrás de su cabeza, era la Snitch.
Aceleré todo lo rápido que pude con Irene pisándome los talones.
Cuando logró alcanzarme, golpeó mis costillas con fuerza haciendo que frenase mientras aquella Bludger loca me volvía a perseguir.
-¡Nunca me alcanzarás Potter!- dijo ella.
-¡De eso nada Adler!- grité molesta.

Conseguí adelantarla por la derecha pero volvimos a estar a la par mientras aquella bola nos seguía como un perro de presa.
De pronto salió fuera de las gradas y volvió a entrar justo delante de nosotros.
Tuve mucha suerte y logré esquivarla al igual que Irene pero la escoba de ella se chocó contra uno de los listones de madera y se cayó al campo.

Estaba tan cerca de la Snitch que notaba sus suaves alas en la punta de mis dedos.
Sin previo aviso, aquella Bludger impactó en mi brazo haciendo que un intenso dolor recorriese mi cuerpo.
Perdí el control de la escoba unos segundos, lo recuperé y volví a intentarlo ante la mirada horrorizada de todos.
Perdí el control de la escoba y caí a la arena agotada.
-¡(T/N)______ Potter ha atrapado la Snitch!- dijo el chico que anunciaba el partido -¡Gryffindor gana!-

Todo el mundo celebraba la victoria pero aquella Bludger seguía intentando golpearme mientras yo me retorcía en el suelo con dolor.

La magia de la deducción (Parte 2) (Sherlock Holmes y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora