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Nunca dejarte de amar

Créditos de la imagen a su respectivo autor.

—Te odio padre, con toda mi alma, ¿Cómo permitiste que mamá fuera asesinada? ¿Cómo...? Eres de lo peor.

—Atteia, tenme respeto, en este lugar no se habla de tu madre y bien lo sabes, no hables idioteces.

—¿Idioteces? ¿Te crees mucho por ser temido? Escúchalo bien... yo Attheia Alger, te declaro la guerra, te veré caer, y te destruiré en venganza por la muerte de mi madre Athanasia.

—Quiere verte intentarlo, ¿Al menos sabes donde estas parada? Estas en mi territorio.

—No por mucho tiempo, nos volveremos a ver padre, y te asesinaré...

—Bien, me parece.

Apenas una adolescente de 15 años, resentida por la muerte de la persona que más amaba, su madre, ella había sido asesinada cruelmente por supuestos enemigos de su amado esposo Lucas, el asesino más buscado y con las mayores penas penales en record mundial...

Nunca lo pensó, realmente todo había sucedido muy rápido, cuando ella aun era pequeña, a los seis años observó con sus ojos cristalinos como su madre era apuñalada distintas veces aunque ella tratara de defenderse, la tenían acorralada, y su padre al llegar solo ordeno retirar su cuerpo, ¿Cómo pudo ser tan cruel?

Su madre siempre le decía a su amada hija Atteia lo mucho que se amaba su esposo y ella, ¿Era únicamente una mentira? Porque su padre no hiso nada ante la muerte de su 'amada' esposa...? Siempre se imaginaba las historias románticas de la juventud de su madre que ella le contaba a la hora de dormir, sus ojos destellaban ese amor tan sincero por el, ella siempre lo amo.

¿Qué sucedió?

Naturalmente, las circunstancias que ella se encontraba junto con la pequeña pelinegra eran muy peligrosas, por ser el supuesto punto débil del gran 'mago Lucas', llamado así por las sorprendentes movidas que hacía, casi, parecía que fueran provocadas por magia tan rápidas e impenetrables que eran.

Tal vez y el corazón del gran varón fue removido por alguna otra mujer abandonando a la rubia Athanasia.

Atteia, solo había visto unas cuantas veces a su padre, normalmente eran en las noches bajo la luz de la luna escuchaba su voz, que por el sueño, con trabajo y podía interpretarlas, después veía a su madre que se encontraba cerca escuchando.

El dolor en su corazón era amplio, Lucas jamás atendió como un verdadero padre a Atteia, en cambio solamente le daba sus gastos necesarios y si era el caso permitía charlar de algunas cosas referentes a su educación como administradora del territorio de su padre, también de sus ganancias ilegales.

Más, eso no cambiaria lo que ella vio, jamás se lo perdonaría...

Al final, ¿Qué podía entender una jovencita aun inmadura?

Hay lago extraño tal vez detrás de todo esto, pero era tarde, tarde para la mente de la joven para buscar una explicación para las acciones de su padre.

La sed de sangre invadía cada rincón de su ser.

Nunca había visto a Lucas con alguna mujer afortunadamente y realmente eso le daba esperanzas, pero ver como se dejaba coquetear por algunas trabajadoras y nunca quería estar con ella daba la clara señal que realmente ese vinculo nunca existió y simplemente era pura fantasía para poder borrar la desesperanza de su alma.

—Hija mía, ¿Estas lista?

—Hoy morirás padre, bajo mis propias manos, las mismas pertenecientes de tu sangre.