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Navidad "La duenda y el solitario"

Créditos de las imágenes a Spoon.

Guarde mis cosas algo desanimado. Otro año solo en mi cumpleaños...

Realmente no juzgo a mis padres, se que ellos se esfuerzan para darme una buena vida, pero a veces desearía que me pusieran más atención más a mi que a su trabajo...

Que vida tan solitaria...

Desde que tengo memoria hasta actualmente que estoy en primero de preparatoria, mis padres jamás me han felicitado personalmente, siempre es un mensaje de texto o una simple llamada.

Ah. Felicidades Lucas, hay dinero, pide lo que quieras, luego te llegara tu regalo.

—¿Ya te vas Lucas?

—Ah. Si.

—¡Feliz navidad!

—Gracias, igualmente.

No importa con cuanta gente este rodeado, nadie se fija en mi y en como me siento o lo que deseo, aplacarse a lo que ven es algo representativo de los seres humanos.

De todas formas mejor regreso rápido a casa, pronto comenzara una nevada y el frío es muy fuerte en la ciudad... espero no enfermarme.

—Ya llegué..

Aburrido. Nunca he escuchado a alguien que me diga el "bienvenido" ¿Será muy agradable sentirse recibido?

—Bienvenido Lucas...

¿Qué?

—¿Q-quién es?

—Oh. Perdón, ¿Te asuste?

Detrás mío escuche la voz melodiosa de una chica y voltee inmediatamente, encontrándome con una rubia chica, de ojos iguales al de un diamante y mucho más pequeña que yo, pero asimilaba que era de preparatoria, hasta que vi algo muy llamativo, dos cosas...

—¿Esas orejas son reales? ¿El traje? ¿Qué haces dentro de mi casa?

—Woh, muchas preguntas a la vez, permíteme presentarme.

La chica saco una pequeña lista de su bolsito navideño y la sostuvo en su mano mientras hacía una perfecta reverencia.

—Mucho gusto, mi nombre es Athanasia, soy una duenda principal. He venido a cumplir tu deseo de navidad.

—¿Eh? ¿¡Ehh?!

—¡No grites! ¡Mis oídos son sensibles, humano!

—¿Un duende? Ja, ja, ja, ja —Se rio fuertemente.

Eso molesto a la rubia que le aventó su lista en la cara, molestando al azabache que solo lo extendió a regañadientes.

—Dice.. Lucas, deseo... ser acompañado.

—Que lindo deseo... yo como la duenda favorita de Santa, decidí llevar esta misión por mi cuenta.

—¿Santa? ¿El tan siquiera existe?

—¡Claro! ¡El es la creación de la fe de diversos niños en el mundo! Gracias a ellos existimos, sin embargo, nosotros hacemos trabajos extras estos tiempos, personas desamparadas y necesitadas son auxiliados por nosotros los duendes.

—Yo no estoy desamparado mucho menos necesitado, olvídalo duenda.

—¡Hey! Te dije mi nombre, ¡No me llamo duenda! ¡Me quedaré! ¡Y te hare compañía!

Esas simples palabras resonaron fuertemente en la cabeza del joven que se sintió algo tímido al respecto... ¿Era correcto mantener una extraña en su casa? ¿Y si realmente todo lo que dice es una mentira? ¿Pero quien en verdad es?