001

3.5K 243 157
                                    

historia incompleta, ustedes deciden si continúan leyendo;(

— Chan, te doy dos segundos para que te levantes o haré que Perséfone te orine la cabeza.

Maldita escuela. No importa quien haya sido el de la brillante idea de crear la escuela, es un ser miserable y esperaba que se estuviera retorciendo en el infierno.

— ¡Chan! Estoy hablando en serio — claro que hablaba en serio. Usaba el mismo tono de voz que cuando su padre se intentaba pasar de listo.

— Cinco minutos más... — se quejó volviéndose para quedar boca abajo.

— ¡Perséfone! Gatita, ven acá — gritó su madre llamando al animal.

Maldita gata. Maldito Jisung por regalarle ese animal a su hermano. Y maldito Seungmin por ponerle un nombre raro a su gata.

Intentó volver a dormir hasta que sintió como le lanzaban agua fría que lo hizo ponerse de pie inmediatamente mientras miraba asustado. En el marco de la puerta se encontraba su mamá mirándolo con una sonrisa malvada, y también su hermana menor que tenía un balde en sus manos.

Maldita Ryujin.

— Hazle caso a mamá o la próxima vez te inundo la habitación — dijo su hermana para luego retirarse.

— Esa es mi niña — habló orgulloso el castaño, por el cual al parecer no pasaban los años ya que mantenía sus belleza. Luego lo miró — Aprende a dormir con pijama, por favor.

Dicho eso se retiró dejándolo aún atontado por el agua. Él mínimo necesitaba unos treinta minutos para despertar completamente. Se miró viendo sus boxer empapados. Si Ryujin lo iba a despegar de esa manera siempre, iba a tener que ponerse algún pijama como su madre le había indicado.

No le encontraba el caso de usar pijama, el dormía solo, hacía calor y nadie lo iba a ver así y si lo hacía alguien, ese alguien sería su familia ¿Dónde estaba el problema? Tembló un poco por el frío que sentía y caminó hacia la ducha para alistarse.

Chan ya no era tan enérgico como antes, tampoco hablaba mucho y hacía preguntas por todo, había crecido bastante, medía casi lo mismo que su hermano mayor. En la escuela era un alumno promedio, no resaltaba ni tampoco le iba tan mal, aunque quisiera tener mejores notas. Había salido con un par de chicas y chicos pero nunca había llegado a tener una relación formal o enamorarse de verdad. Su padre hacia bromas sobre que cuando sintiera abejas en su estómago por una persona, esa era la persona indicada. Aunque a él le parecía ridículo y poco romántico ¿No se suponía que eran mariposas?

Minho le seguía el juego sobre las abejas, aunque estaba seguro que su hermano si estaba enamorado. Había conocido a Jisung en su adolescencia y ahora siendo adultos jóvenes aún permanecían juntos, no sabía cómo el pelirrojo soportaba el carácter de su hermano mayor. Para él, ambos eran el uno para el otro, no se imaginaba a Minho sin Jisung o Jisung sin Minho. ¿El podría encontrar un amor así? Solía aburrirse rápido de sus amores pasajeros, no creía que podría perdurar tanto como sus padres.

Cuando estuvo listo y con el uniforme de la escuela, bajó a desayunar. Era su último año de escuela para luego continuar la universidad, aunque no decidiera que es lo que quería estudiar, sus padres no lo presionaban respecto a eso. Ellos habían dicho que podía tomar la decisión que quisiera y en el tiempo que estuviera listo, no tenía que hacerlo todo como la sociedad esperaba que lo hiciera.

En el comedor se encontraba toda su familia. Sus padres habían decidido no tener más hijos después de Ryujin y aunque le gustaba una bebé en la casa, agradecía que fuera la última. Ryujin había terminado con todas las energías de su familia, desde pequeña había sido un torbellino y no había cambiado en nada. Se sentó frente a Seungmin y lo miró, su pequeño hermano vestía su uniforme, su cabello peinado y sus anteojos. Seungmin era su bebé, a pesar de que ya tuviera 15 años, para él y su familia siempre seguiría siendo su bebé. Nadie nunca podría ponerle un dedo encima, porque tenía tres grandes hombres dispuestos a pelear por él.

Padres 2 !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora