Baño Carmesí - Agua y Aceite

Semitono 2: Mucho trafico

Luego de como un día cualquiera consiguiendo dinero vendiendo su sangre, Nathan decidió visitar el pabellón Leónidas, este lugar era el centro de todo la nación, miles de personas caminado a su era un total cruce del caos y la tecnología.

Nathan sintiendo su cabeza explotar por todo el ruido, el cual no era en especial el que lo molestaba, "las risas eso es" su mente sucumbía ante las risas de felicidad de las personas a su alrededor, era como una tortura.

-¿Por qué tienen el derecho a reír de felicidad y yo no?

-¿Por qué no he visto ni siquiera un rayo de luz en mi vida mientras que ellos se regocijan en su felicidad?

Llevo sus manos a la cabeza y sosteniendo su pelo dorado que cubría la mitad de su vista, miro hacia arriba y mientras el destino le dice que no hay lugar en este mundo para él, con una gota que pronto se convertiría en diluvio y lo ayudaría a ocultar esas lagrimas que siempre le habían recomendado guardar.

Mientras lloraba a la par que el cielo, un delirio lo ayudo a visualizar en una de las pantallas el anuncio de la fiesta de cumpleaños de la heredera de los Bannister, solo eso necesito para que toda su tristeza se convirtiera en ira, odio, desprecio y en un abrir y cerrar de ojos su cabello se torno de ese oscuro color como un reflejo de su alma.

Antes de pasar por su departamento Nathan encontró a Miller en un estado desfavorable este sostenía una pistola que apuntaba directamente hacia su cerebro, aunque Nathan intento detenerlo diciendo:

-Sabes que es de cobardes suicidarse, aunque es una forma interesante de renunciar antes de que dios te despida.

-No creo poder vivir mas Nathan este es mi final, es lo que es una simple hormiga ahogándose por una regadera que más puedo hacer... *llora*.

El disparo fue tan peculiar, solo paso, nadie se alarmo, nadie lloro, nadie salió a detenerlo es como si al mundo no le importara que alguien se acaba de volar los sesos frente a alguien de 11 años, Nathan solo se dispuso a tomar el arma y cubriendo el cuerpo lo abandono diciendo:

-Espero que en realidad exista un lugar hermoso para ti en el mas allá porque de lo contrario yo me encargare de juzgar al destino por ti vecino.

Camino hasta la ubicación de la fiesta y con su peculiar habilidad de las ventajas de ser invisible cruzo el perímetro de seguridad de los guardias excelentemente entrenados, se acerco a varias ventanas para poder mirar el interior pero ninguna le proporcionaba la luz o una cortina estaba en su camino, alzando su mirada logro ver que una de las ventanas del quinto piso tenía lo que necesitaba incluso estaba abierta, trepar no era algo difícil para el solo necesitaba llegar al borde de la siguiente ventana y con su increíble fuerza lo logro, una vez cerca de esta escucho la dulce voz de una chica, solo con esa característica hizo que su cabello volviera a la normalidad y su corazón acelerara sus latidos, pero esto no duraría mucho ya que al sentir un extraño ardor y debilidad en sus manos, se resbaló logrando sostenerse del anterior borde lo cual solo seria un presagio de lo inevitable, en el suelo solo tenía la opción de cerrar sus ojos para tener la suerte de que su cuerpo no se haya roto tal cristal y así se desmayó.

Las palabras "te espero en la oficina" eran mandatos que ni el monarca de la nación se negaba a respetar por parte de la abuela, todo el mundo conocía que el hecho de entrar en la oficina era un riguroso examen psicológico en todos los sentidos desde ahora la abuela me tendrá como halcón a su cría.

Kane mantenía a la familia con sus grandes aptitudes y eficacia en los negocios, todo el mundo se sorprendía cuando cada vez que tenía reuniones traía trillones de metiles el cual era la moneda en curso de la nación, cuentan los merodeadores que entraba a lugares peligrosos sin ninguna escolta y desarmada, salía sin ningún rasguño y con un nuevo seguidor el cual cubierto de sangre y sin sentido de orientación la seguía.