NO ERES COMO LOS MALFOY

7 0 0
                                    


Era un día normal en Hogwarts, o al menos eso pensaba. Las clases habían terminado y la mayoría de los estudiantes se dirigían al Gran Comedor para la cena. Yo caminaba por los pasillos junto a Sirius, bromeando sobre alguna travesura reciente, cuando de repente, una figura conocida apareció al final del pasillo. No me hacía falta mirar dos veces para saber quién era. Lucius Malfoy, mi hermano, estaba a unos pocos metros de distancia.

Mi primer impulso fue girarme y alejarme, pero no pude. Lucius había notado nuestra presencia y se acercaba con su habitual paso arrogante. Mi corazón latió con fuerza, no solo por el miedo que siempre me producía su actitud, sino por lo que su aparición podría significar. A pesar de que éramos hermanos, nuestra relación siempre había sido complicada, llena de fricción y silencio incómodo.

—¿Y qué hacen aquí, los dos? —dijo Lucius, con esa mirada fría que tanto me irritaba. Se detuvo frente a nosotros, su tono cargado de desdén.

Sirius, que había estado sonriendo hace un momento, ahora tenía una expresión más seria, aunque no intimidada.

—Nada, solo disfrutando de la compañía de Brianna —respondió Sirius, con un tono calmado, pero sin dejar de mostrar una ligera sonrisa.

Lucius no parecía impresionado. Me miró fijamente, como si estuviera buscando algo en mis ojos. Yo sabía lo que quería encontrar: debilidad, duda, algo que pudiera usar en mi contra. Pero no iba a dárselo. No esta vez.

—¿Te parece bien, Brianna? —preguntó Lucius, y su tono cambió, ahora algo más suave, casi como si quisiera saber si había alguna posibilidad de que nos entendiéramos. Pero no me dejé engañar. Esa suavidad era solo fachada.

Me cruce de brazos, sintiendo la incomodidad apoderarse de mí.

—¿Qué quieres, Lucius? —le pregunté, más por cortesía que por verdadera curiosidad.

Lucius frunció el ceño, como si no esperara mi respuesta. Se acercó un paso más, de manera que Sirius se puso al frente de mí, sin hacer una demostración agresiva, pero sí protectora.

—Solo quería saber si te has dado cuenta de las decisiones que tomas, Brianna. No te rodees de ellos —dijo, señalando a Sirius con un gesto despectivo. —No son gente de tu clase, no te pertenecen.

Hubo un tenso silencio, solo roto por el suave susurro del viento que se colaba por las ventanas abiertas del castillo.

Sirius levantó una ceja, claramente divertido por la pretensión de Lucius.

—No te preocupes, Malfoy. Brianna sabe lo que hace —respondió Sirius, su tono más ligero, aunque sin perder la firmeza. Sabía que Lucius no iba a ceder, pero tampoco pensaba permitir que me intimidara.

Lucius me miró por un momento largo, y luego se giró con una sonrisa fría.

—Haz lo que quieras. Yo solo te advertí. El día que te des cuenta de en qué te estás metiendo, será demasiado tarde —dijo, su voz más baja ahora, antes de alejarse por el pasillo.

Me quedé en silencio, observando cómo se alejaba. Sabía que Lucius siempre tenía una especie de poder sobre mí, pero esta vez sentí que algo había cambiado. Quizás ya no tenía miedo. O tal vez ya no me importaba lo que pensara él.

—No tienes que preocuparte por él —dijo Sirius, volviendo a mi lado. —Yo tengo todo bajo control.

Le sonreí, agradecida por su apoyo, pero también algo confundida. Mi hermano, Lucius, siempre había sido una figura distante, casi como un extraño, y en esos momentos, me parecía más un enemigo que un aliado. Pero lo peor era que las palabras que había dicho seguían rondando en mi mente. ¿Estaba realmente tomando decisiones equivocadas? ¿Estaba yo, al estar tan cerca de Sirius y los demás, poniendo en peligro mi futuro?

Phoenix (S.B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora