Phoenix (S.B)

NO ME GUSTA BLACK...

EN LA ACTUALIDAD 

TERCER AÑO

—Desde que nos conocimos, Brianna, no te has ido de nuestra sala común —dijo Sirius, mirándome con una sonrisa traviesa.

—Pues me voy —respondí, fingiendo estar indignada mientras me levantaba del sofá.

Sirius se levantó de un salto y tomó mi brazo con rapidez.

—¡Hey! Estaba bromeando —dijo, ladeando la cabeza con una expresión tierna.

—Lo sé, Black, pero igual me tengo que ir —respondí, frunciendo los labios de lado.

—¿Te acompaño? —preguntó, todavía con la cabeza ladeada.

—Claro —dije, esbozando una sonrisa.

Tomé su mano y comencé a correr por los pasillos, aunque al rato bajé el ritmo y empezamos a caminar tranquilamente.

—No deberías estar conmigo —dije después de un momento de silencio.

—¿De qué hablas? —preguntó, confundido.

—Bueno, James está con lo del Quidditch, Remus repasando para los exámenes y Peter preparando bromas... —contesté, esperando una respuesta. Al notar su silencio, lo llamé—: ¿Black?

Me voltee y vi que se había quedado atrás, hablando con una chica de cabello castaño. Bajé la mirada y murmuré para mí misma:

—Eso de que no deberías estar conmigo tenía otro significado, Black.

Cambié de dirección, apresurando el paso. Pasé rápidamente junto a Sirius y la chica sin mirarlos, casi corriendo hacia mi sala común. En mi prisa, choqué con alguien.

—Perdón —me disculpé, dando un paso hacia atrás.

Levanté la mirada y reconocí al chico inmediatamente. Cabello negro, piel pálida... Severus Snape.

—Oh, hola, Severus —dije, frunciendo el ceño ligeramente.

—Hola, Bri —respondió, mirando por encima de mi hombro.

—James no viene conmigo —aclaré, apretando los labios.

—Eso es bueno —dijo con una ligera sonrisa, que rápidamente se desvaneció—. ¿No vienes con nadie?

—Pues... no —respondí, bajando la mirada.

—¿Y qué hace la señorita Malfoy andando sola por aquí? —interrumpió una voz familiar detrás de mí. Me giré, y allí estaba mi hermano.

— ¿Qué quieres? - dije, al tiempo que notaba que Severus ya se había ido.

—¿Y tus odiosos amigos? —preguntó Lucius con sarcasmo.

— No es algo que te incumba —dije, suspirando al final.

—¿Te gusta Black? —preguntó Lucius con una ceja levantada.

—¿A mí? ¿Por qué lo preguntas tan de la nada? ¿Desde cuando te importa lo que pase conmigo? —repliqué, tartamudeando y poniéndome nerviosa.

—Vamos, Brianna, te gusta Black. No lo niegues, tus gustos son bastante cuestionable, pero que puedo esperar de una tonta como tú —dijo Lucius, sacudiendo la cabeza con suficiencia.

— Déjala en paz, Malfoy —intervino Sirius, apareciendo detrás de mí.

Sentí cómo mi cara ardía de vergüenza. ¿Cuánto había escuchado Sirius? ¿Lucius sabía que él estaba allí? Me giré lentamente para mirar a Sirius, quien observaba a mi hermano con una expresión molesta.

—¿Vámonos, Bri? —preguntó Sirius, dejando de mirar a Lucius y fijando su atención en mí.

—Vamos. Adiós, Lucius —dije, mirando hacia mi hermano.

El camino a la biblioteca fue largo y silencioso, con una incomodidad entre nosotros. Finalmente, Sirius rompió el silencio.

—Yo... —dijo, llamando mi atención—. Lo siento.

—No tienes que disculparte, Black. Es obvio que siempre habrá chicas interesadas en ti —dije, deteniéndome en seco.

Sirius también se detuvo y me miró fijamente.

—No. Eso no es una excusa para haberte dejado sola —dijo, con un tono de arrepentimiento.

—Tranquilo, de hecho, estuve con Severus un rato —respondí, intentando aliviar la tensión con una sonrisa.

—¿Tú, con Severus? —preguntó, riendo, aunque su tono parecía esconder algo de celos.

—Sí, ¿algún problema? —repliqué, cruzándome de brazos.

—Ninguno —contestó, levantando una ceja y mirándome fijamente.

—Podría asegurarte que estás celoso, pero mejor no digo nada... porque ya llegaron los demás —dije, señalando detrás de él, donde aparecían James, Remus y Peter.

Sirius solo me dedicó una sonrisa ladeada antes de que el bullicio de nuestros amigos rompiera el incómodo momento.