Cuando levanté la mirada logré percatarme que un sujeto se acercaba a mí, el cuál se ocultó detrás de la máquina dispensadora de gaseosa que había cerca de las mesas.
Sentí que el corazón se me aceleró drásticamente debido a la emoción. Me resultó imposible no dibujar una sonrisita en mis labios.
—Ya te vi.
Escuché su carcajadita segundos antes de volver aparecer en mi panorama. Él se acercó a mí sonriente, sin dejar de mirarme a los ojos. En ese momento yo simplemente no podía creer que estábamos viéndonos cara a cara.
—Hola...
—Hola. —Deslicé saliva por mi garganta—. Así que eres... John...
—¿Me veo mejor en foto o en persona?
—Te ves mejor dentro de una papelera.
—¡Hey! —adoptó un semblante ofendido—. Me ofendes.
Me reí y me levanté del banquito. Cuando estuve frente a él pude comprobar que teníamos casi la misma estatura.
—¿Entonces qué hacemos? —le pregunté.
John adoptó un semblante pícaro.
—Hagamos maldades maliciosamente malas, bebé.
—No seas imbécil.
Rió.
—Vamos por un helado... —me dijo, retomando el rumbo de sus piernas al compás de las mías—. ¿Cuál es tu sabor favorito?
—Vanilla y brownie —contesté sin pensar—, pero también amo el de yogurt de fresa. ¿Cuál el es sabor que más te gusta a ti?
—El sabor de tus labios.
—¡Agh, John! ¡Basta!
Él volvió a reírse.
—El de vainilla con galletas de chocolate.
—Es delicioso también.
—Pero no más que tus labios.
—¡Agh, qué molesto eres!
La risa de John y sus chistes estúpidos e intentos fallidos —no tan fallidos— de coqueteo nos acompañaron hasta la heladería, donde luego de una pequeña fila pedimos un helado para cada uno de nuestro sabor preferido, con crema batida encima y mucho sirope de fresa y chocolate y lluvia de colores.
Tomamos asiento en las mesas frente al local, donde había un montón de gente disfrutando de otro tipo de comida variada. A pesar que John me había hecho entrar en confianza y hacerme sentir cómodo con su presencia, me daba muchos nervios el hecho de que estuviéramos saliendo.
—¿No has hecho más dibujos? —me preguntó luego de haber dado una probada a su helado.
—No... No he tenido mucho tiempo estos días. Tantos trabajos qué entregar, exámenes...
—Ah, por cierto —dijo de repente—. ¿Cómo estuviste en el examen de matemáticas?
—Bien... —saboreé el helado—. No me fue tan bien como esperé, pero aprobé.
—Te dije que si sacabas la máxima nota iba a comprar algo que eligieras... Pero como no sacaste la máxima nota pero aprobaste..., voy a cambiar las reglas. Ahora yo voy a escoger algo para ti.
—Bueno, no me quejo —asentí sonriente—. ¿Qué vas a comprarme?
—Una lencería erótica.
—¡Ay, John! —chasqueé mi lengua fastidiado.
—Es broma —se apresuró a decir—. Ya sé lo que voy a comprarte, pero es una sorpresa.
—¿Es algo pervertido, verdad?
—¡Por supuesto que no! —rió.
***
Miré el reloj de mi celular, percatándome que habían transcurrido ya diez minutos desde que John se había ido. Me había pedido que me quedara sentado en los sofás del primer piso del centro comercial mientras el compraba lo que supuestamente iba a obsequiarme.
Fui al chat con George y le escribí: "Hasta ahora todo en orden con John. Tomamos un helado"
Él contestó casi enseguida: "ok q me importa jaaaaajajajaja"
—Agh, imbécil.
Antes que pudiera devolverlo a mi bolsillo, me llegó un mensaje de John:
"t bes lindo desde lejos y d serca me enamoras"
Llegó otro mensaje suyo:
"ya me estoy asercando a ti"
"la presa se aserca a su bictima"
"lista para atacar para morder para haser sentir plaser plasentero mientras hasemos cosas malisiosas con malisiosidad"
Cuando levanté la mirada, John estaba frente a mí riéndose.
—A veces eres tan tonto —también me reí—. ¿Por qué tardaste tanto?
—Había algo de gente en la fila para pagar.
Me extendió una bolsa plástica blanca.
—Espero que te guste.
Una emoción me recorrió el cuerpo mientras lo sostenía entre mis manos.
—¡Gracias! —le dije—. ¿Ya puedo ver?
Él, sentándose a mi lado, asintió. Entonces yo me apresuré a mirar el interior de la misma, dándome cuenta que había una caja de colores profesionales con una gama amplia de tonos, además de una caja de lápices de dibujo y otros materiales de arte que lograron cautivarme.
—¡Oh, por Dios! —exclamé sonriendo—. ¡Gracias, John! ¡Esto es más de lo que esperé, en serio!
—Me alegro que te guste.
Se inclinó a mí y me dio un beso en la mejilla que me puso más rojo que un tomate.
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Wrong Number ➳ McLennon
Fanfiction"TE DIJE QUE ESTÁS EQUIVOCADO" "DEJA DE MOLESTARME" "DEJA DE ESCRIBIRME" Se prohíbe su copia y/o adaptación. Todos los derechos reservados. Fecha de inicio: 14.08.2021 Fecha de culminación: 15.12.2021