Inesperado

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14 años

No existían muchas cosas que molestaran al menor de los proclamados "Trillizos González". Normalmente se le conocía como un chico relajado, despreocupado, y hasta despistado, llegando incluso a que la frase "vivir en una nube" fuera una que se relacionaba muy bien con él.

Pero al igual que su familia, había momentos en los que su paciencia se iba volando por la ventana, y ello ocurría cuando la madre de su cuñado visitaba la casa.

Robin se mordió el labio mientras centraba su vista en el rompecabezas que estaba armando con Alonso, aunque de vez en cuando miraba de reojo a la señora sentada de forma erguida en los sillones de la sala de estar, mientras esta bebía un mate y conversaba en voz baja con su hijo. La piel pálida, el cabello rubio encanecido, recogido en un moño alto, la blusa pulcramente planchada y el rostro serio, ponía nervioso al menor.

—No sigas mirándola, Robin —le susurró Lonso, llamándole la atención—. Estoy seguro de que la vieja tiene poderes psíquicos, así que no la molestes.

—No la estoy molestando —replicó su hermano—. ¿No te da weba que haya venido de la nada? Onda siempre anda webiando al Martín con que le avise cuando vaya pa' Argentina, pero ella llega sola de la nada, qué miedo la vieja...

—Ya córtala, que creo que nos está viendo.

Ambos temblaron al observar que, efectivamente, la matriarca Hernández los miraba con una expresión plana en el rostro, asintiendo de algo que le comentaba su hijo, quien al parecer se emocionó al ver que su madre le estaba prestando atención a sus jóvenes cuñados.

Tragando saliva, con tal de no parecer tan asustado, Robin dejó de jugar con el rompecabezas —que el mismo Alonso le pasó para no tener que arriesgarse a que los descubran escuchando a escondidas detrás de la puerta, de nuevo—, y se sentó al lado de su figura paterna número dos, apoyando al cabeza en el hombro del trasandino, fingiendo cansancio.

—Che que se te baja el amor a vos, Roro —opinó Martín, peinando con sus dedos el cabello del menor—. Igual al Flaco, parecen gatos cuando buscan amor físico.

—Los tenés malcriados, Martín —habló la mujer—. Pero qué más se esperaba si los pibes ni siquiera son de vos.

Robin sintió una ligera tensión en los músculos del rubio, mas este solo inhaló profundamente y se mantuvo en silencio, sin objetar o contradecir a su madre.

Alonso, por otra parte, se sintió incómodo con el comentario dado por la sesentera. Recogió las piezas de la mesa y las guardó en su respectiva caja. Sin embargo, no pudo salir de la habitación debido a que Pilar le llamó.

—Y vos, ¿no sabes que es de mala educación no dirigirse a los invitados de forma respetuosa? Parecés el único decente de los otros dos pibes, pero tenés el mismo comportamiento —comentó la argentina despectivamente.

Sin querer escuchar más a la mujer mayor, Robin se levantó de su lugar y se posicionó al lado de su hermano, dándole un ligero empujón con el hombro y señalando con la cabeza hacia la cocina.

Cuando ambos se encontraron a salvo entre los almacenes y electrodomésticos, el menor de cabello castaño gruñó mientras se tiraba la coleta baja, buscando una forma de deshacerse del estrés acumulado en los pocos 10 minutos que estuvo en esa atmósfera tensa.

—Weóoon, ¿cuándo llega el Manu con la Tiare y la guagua? —preguntó mirando angustiado al rubio—. No soporto más a la vieja momia. Siempre que viene es lo mismo, ¡y lo peor es que ni el Tincho es capaz de callarla!

—Es su mamá, obvio no dirá nada contra ella —refutó el otro, cruzando los brazos—. Tendremos que aguantar otro rato. El Manu dijo que volvería tarde porque andaban en el médico.

—Puta la weá.

—Lo mismo. Pero sabí' qué, vayamos a la pieza a jugar Wii, que se las arregle el Martín solo, total la mamá es de él.

—En todo caso. Apuesto que te gano en el Mario Kart.

No obstante, dicho plan se vio fracasado al escuchar un par de voces que en cada frase aumentaban de volumen a medida que avanzaba la conversación. Ambos hermanos se miraron sorprendidos y, como no, se escondieron detrás de la puerta para poder oír sin que fueran vistos.

La primera voz que lograron distinguir era la de Pilar, quien sonaba hastiada y sorprendida, opacada por la propia voz de su hijo, en un tono de furia nunca escuchado por los hermanos González.

—¡No podés seguir menospreciando a mi familia! —gruñó Martín—. ¡Siempre hablás de que querés lo mejor para mí, pero nunca aceptaste a mí esposo e hijos! ¡Además tenés el descaro de llegar a mi hogar y criticar a los pibes por lo más mínimo! ¡Ya te dije que no volveré a Argentina, ¿no lo entendés o querés que te lo mande por escrito?!

—¡¿Cómo te atreves a levantarme la voz, Martín?! ¡Soy tu madre, merezco respeto!

—¡Respetá primero vos a mi familia y luego veré si me atrevo a respetarte! ¡Porque parece que te la metiste por el orto!

—¡MARTÍN!

—¡SAL DE MI CASA Y NO VUELVAS!

Y con un unas fuertes pisadas, seguidas de un portazo de la puerta principal, Robin y Alonso se alejaron de la puerta de la cocina y en puntillas, salieron al patio trasero a dirigir todo lo que oyeron. Se miraron con los ojos abiertos, sorprendidos por el intercambio efectuado entre los dos argentinos.

—¿El Tincho había estado tan enojado...? —preguntó el menor, shockeado.

—No... y eso que una vez le rompimos el título universitario... —respondió su hermano.

Miraron con atención la casa, tratando de percibir algún movimiento o ruido causado por su cuñado. Mas el silencio, y el sonido ambiente de la calle fue lo único que captaron.

—¿Se lo contaremos a la Tiare cuando llegue, verdad?

—Obviamente.

—... ¿No grabamos nada, cierto?

—No, porque estamos castigados.

—Ah, verdad.

—... Cinco Lukas a que el Tincho sacó el helado de reserva del Manu y se lo está comiendo solo.

—Diez Lukas y se puso a ver Los Simuladores.

—Trato.

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Jelou

¡Hola! ¿Cómo están?

¿Pasó mucho tiempo? Sí. ¿Tengo alguna excusa para ello? Sí, pero la idea no es ventilar mi vida y alargar esto.

Así que, en resumen:

-Me titulé el año pasado (2020) y desde septiembre estoy trabajando.

-No he escrito nada en 2 o 3 años porque estaba terminando la u y regresé a vivir a la casa de mis papás.

-La vida adulta es terrible y hasta hace poco no sabía qué hacer con mi propia vida.

Así que, como me estaba cansando de escribir de manera MUY formal, quise regresar, pero solo como hobbie. No tan inmersa en los fandom, no tan seguido como en la universidad, y con un poco de madurez y evolución positiva en la escritura.

Espero disfruten. ¡Y no se preocupen! De esa vez que anuncié un posible regreso, estoy trabajando en algo bonito que, espero poder publicar pronto.

¡Saludos wachisss!

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2021 ⏰

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Familia (dis)funcional [Latin Hetalia|AU!Human]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora