Sirius... Enamorado De Remus

Sirius... Qué dices?

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Sirius cayó estrepitosamente y sin nada de gracia en la alfombra de los Potter, en definitiva el no había heredado la gracia y elegancia de los Black, que se fueran a la mierda todos, tosiendo trató de levantarse y al levantar la mirada no creyó lo que sus ojos veían... Remus Lupin sentado en el sillón cerca de la chimenea con El Profeta en las manos pero con mirada atónita y más que confundido con la escena, Sirius maldijo por lo bajo y Remus con la paciencia que lo caracterizaba, dejó el periódico, se levantó y caminó hasta él para ayudarlo a levantarse.

Tomó la mano del chico y lo ayudó a levantarse quedando frente a frente, de reojo Sirius fué semi consciente de la llegada de James junto a su padre, ambos con varita en mano, esperando encontrar algo más extraordinario que un chico lleno de hollín pero Sirius no estaba al tanto de ellos si no del lindo castaño frente a él, aún tomados de la mano, Lupin lo miraba un poco preocupado, Sirius podía ver la preocupación en las lindas orbes miel del otro, el tacto de su mano un poco sufrida  pero que tanto le encantaba, otro hecho que adoraba y que recién se había dado cuenta era que solo por unos centímetros Remus era más bajo que él, su estómago comenzó a revolotear sólo por eso, así de mal estaba.

- Sirius que ocurrió? Por qué llegaste así? - el pelinegro no respondió, su voz había llegado pero no sus palabras-. 

Remus se volteó buscando ayuda, ese estado en shock de su amigo no era normal pero al voltear Fleamunt Potter decidió que eran cosas de adolescentes que realmente no le importaban por lo que dió media vuelta y se fué y por otra parte James sólo se apoyó del marco de la puerta con brazos cruzados y una mueca de burla en la cara. Remus no entendía la reacción de ninguno.

No fue hasta que Remus comenzó a golpear sus ropas para limpiarlo que salió de sus pensamientos y luego vio a James muriendo de risa tras Lupin, Sirius dió un paso atrás.

- Hasta que reaccionas - comentó irritado pero a su vez aliviado-. Por qué llegaste de esa manera?

Sirius terminando de limpiarse trató de explicar:

- No lo hice correctamente, estaba distraído, es suerte que haya llegado a la chimenea correcta.

Remus negó lentamente y se encaminó hasta el sofá dónde unos minutos atrás había estado leyendo El Profeta, como podía su padre verse como el mayor idiota? Y Remus como el ángel más hermoso? No lo entendía, desde hacía un año no entendía nada.

Sirius caminó rápido hacia James, tomando a este de la camisa, saliendo de esa habitación y llevándolo a un rincón de la sala donde no pudieran ser escuchados por el otro.

- Oye, lo tuyo no es con Lupin? - preguntó divertido-.

- Que hace Remus aquí!? - preguntó en un susurro desesperado-.

- Pero qué dices? Creí que estarías agradecido, te lo traje en bandeja de plata - exclamó en voz baja algo ofendido porque en realidad estaba confundido, si alguien le trajera a Lily para pasar Navidad estaría más que agradecido con la vida-.

- Bueno...si, pero..N-no sé.

James lo tomó de los hombros y lo acercó hacia él para hablarle de manera confidente.

- Canuto, Canuto, amigo mío no estás viendo las cosas de manera clara, son vacaciones y tienes al chico contigo durante todo un mes, dónde incluso podrán pasar tiempo a solas, mis padres aún tienen trabajo y yo saldré con Lily, es tu oportunidad Black.

Sirius se sentía atrapado, feliz pero atrapado. No se sentía con el valor de decirle nada a Remus ni porque estuvieran los dos solos en el mundo, no era digno de Gryffindor cuando estaba a su lado.