Buenos Días

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Por la mañana, un sonido chirriante invadió los tímpanos de seis personas. La primera figura, el rubio de los ojos gatunos, se removió inquieto, sostenido aun en brazos a su pequeño hijo. Akemi comenzó a removerse después de su madre, estirándose como un gato en plena cama, olvidando por completo que había más personas durmiendo a su lado. Una de sus manos golpeó, sin querer, el rostro de su hermano Onew.

 El chiquillo de diez años arrugó el rostro por el golpe. Sus ojos pequeños se abrieron asustados; el golpe le había dolido. Se paso las manos por el rostro, en su cachete, sobándose la parte afectada. De pronto, otro golpe le fue dando en su costado, chilló despacito, quitando de un santiamén las manos de su cara. Entonces lo miró. Era Akemi, el diablillo estaba estirándose, retorciendo como gusano sin importar pegarle, aunque Akemi ni cuenta se daba, estaba muy concentrado en estirarse. Onew se sentó de golpe en la cama, empujando, sin querer, a Hiromi, su hermano con el pijama de flash. Hiromi se revolvió, abriendo sus ojos de cachorro lentamente. Y la batalla continuó.

 Hiromi también comenzó a estirarse haciendo, a la vez, pequeños soniditos de satisfacción. Golpeó a Onew en su costado izquierdo, al mismo tiempo que recibía otro golpe en su costado derecho por parte de Akemi.

 -¡Ya! Dejen de pegarme- Exclamó, Onew. Empujó un poquito a sus hermanos, alejándolos de él.  

 -¡Onew!- Bramaron los chiquillos al mismo tiempo.

 Y, entonces, los tres niños comenzaron a empujarse entre ellos. La alarma seguía sonando, cada vez chirreando con más fuerza, pero todos lo ignoraban. En este momento, los hermanos eran lo que hicieron despertar a sus padres o al menos sólo a uno de ellos.

 JongHyun abrió los ojos de sopetón, encontrándose con la escena de esos tres chiquillos. Grace recibió un empujón, la niña seguía entre sus brazos, durmiendo hasta el momento de que recibió el empujoncito. Sus ojos, igualitos a los de su padre, se abrieron gigantes al mismo tiempo que recibía otro empujón. La niña se sentó en la cama y miró a sus hermanos con cierto enojo. Estaba a punto de lanzarse a la mini pelea cuando su appa la detuvo.

-Ve a tu habitación, dúchate y arréglate para la escuela- Le dijo inmediatamente. Sus ojos estaban hinchados, aun se sentía cansado como si no hubiese dormido nada.

 -Pero appa, ellos…

 -Kim Grace, a tu habitación ¿O es que tienes ganas de unirte a sus empujones y que te castigue a ti también?- Le sonrió a su niña, y esta, con un asentimiento de cabeza y un respingo se bajó de la cama.

De improvisto, y al escuchar las palabras de su appa, los tres niños dejaron de empujarse y jalonearse.

 -Appa, ¿De verdad nos castigaras?- Hiromi se bajo de la cama como un rayo, miró a su padre con la carita tierna como un cachorrito a punto de ser castigado.

 -Ejem, buenos días, Appa, ¿Cómo amaneciste?- Murmuró Onew, como si con aquellas palabras pudiese hacerle olvidar a su padre que estaba molesto con ellos.

 -Buenos días- Se quitó la sabana del cuerpo a la vez que se bajaba de la cama- Y no amanecí muy bien, ciertos niños estuvieron dándose de empujones, despertándome- Se estiró hacia su mesita de noche, apagando la alarma- No sé qué podría hacer con esos niños- Miró a sus hijos mientras se cruzaba de brazos.

La Familia Kim ¨JongKey¨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora