Capítulo 3.

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Nashira

Me levanté a las 6 a.m. por el dichoso ruido del despertador que no paraba de sonar. Me planteaba seriamente lanzarlo por la ventana. Desganada, me puse en pie y me dispuse a tomar un baño para espabilarme, después de realizar mi rutina de mañana para ir al instituto, decidí bajar a desayunar con mi madre ya que ella se iría a trabajar.

-¡Buenos días!- hablé frotando mis ojos.

-Buenos días cielo.

Me senté en la isla de la cocina, donde se encontraba un bol de leche con cereales.

Cuando terminé de desayunar me lavé los dientes, cogí mi mochila y salí por la puerta.

-Adiós mamá, me voy ya.

-Que tengas buen día.

Llegué 40 minutos antes al E.Lederberg High School, tal y como me dijeron por correo electrónico, para poder darme un tour por las instalaciones, darme el horario y situar mi taquilla.

Cuando estuve cerca de la puerta me sorprendí de lo inmenso que era,  tenía una fachada bastante moderna y sofisticada de color negro, la institución contaba con cuatro edificios de tres plantas, unidos entre si en forma de cuadrado mediante pasillos , que se encontraban en la primera y última planta. Desde el exterior se podía ver el interior, ya que la pared era de vidrio.

 En la entrada principal me esperaba la jefa de estudios del centro.

-Buenos día, usted debe ser la señora White, ¿No es así?

-Bueno días señorita D’Aurella, sí soy yo.- espetó ella con una sonrisa.- A continuación le daré un pequeño tour por nuestras instalaciones, sentimos desde la dirección hacerla venir más temprano de lo normal, pero era necesario para que no se perdiese sus respectivas clases.

-Tranquila no importa.- dije restándole importancia.

Me mostró el pabellón donde se encontraba la cancha de baloncesto y después la pista de atletismo que rodeaba a la de fútbol. Me dijo que los cuatro edificios estaban separados por asignatura; es decir un edificio era para las asignaturas de ciencias , otra para la de letras, otro para el arte y en el último edificio se encontraban los laboratorios, talleres y la inmensa biblioteca, donde podría tanto venir, en los ratos libres a estudiar, como para pedir libros prestados y llevármelos a casa no sin antes pasar por el mostrador para registrarlo.

 Me acompañó hasta donde se encontraba mi taquilla, para después dirigirnos a su despacho y poder recibir mi horario de clases, más el carnet estudiantil para la biblioteca.

Me explicó que para acceder a la universidad a finales de curso siempre se hacían exámenes de todas las materias dadas en 1°y 2° de bachillerato y una redacción detallando el por qué quería acceder a ese lugar, contar cómo y en qué podría beneficiar a la universidad con mis capacidades, etc. Dijo que no tendría problema con los apuntes del año anterior ya que los profesores de cada asignatura siempre los guardaban por casos como el mío.

Una vez tuve todas mis cosas metí mi mochila en el casillero, me puse los cascos inalámbricos que estaban en el bolsillo de mi pantalón y mientras se reproducía la canción Kid rescrita por Bárbara Pravi me dispuse ha ir hacia mi primera clase con un cuaderno y mi estuche en mano, aunque no había sonado el timbre, pero siempre me gustaba llegar temprano a todos lados.

Antes de emprender mi camino a clases, noté miradas curiosas en dirección a la entrada del recinto, no le di  importancia hasta que pasaron dos chicas de pelo negro y estatura baja hablando en susurros cerca de mi taquilla.

-Madre mía, ¿Has visto la que se ha montado fuera?

-Sí, me da pena ese pobre chico.

Me extrañé por lo que dijeron y puesto que quedaban 10 minutos para entrar en clases, decidí ir a ver que sucedía.

The mirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora