🎃 ¿Cómo te llamas? 🎃

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Los pasos se oían uno tras otro, y ahí estaba, un chico corriendo por entre un huerto a mitad de la noche.
¿De que corría? Ni el sabía, ya que siempre avía huido de si mismo.

El Kamado se había quedado solo en aquel huerto, después de que el chico con la calabaza en la cabeza se fue hacer la ¿Comida?

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El Kamado se había quedado solo en aquel huerto, después de que el chico con la calabaza en la cabeza se fue hacer la ¿Comida?.

"No puedo creerlo, hará la cena en este huerto, supongo que comeré verduras crudas esta semana" pensó Tanjiro, para acto seguido comenzar a caminar por el lugar "Ese chico me dijo que no saliera del huerto y que no fuera a los árboles de fruta, pero nunca me dijo que no podía buscar bayas" se dijo en sus adentros en un intento de animarse, para comenzar a buscar con la mirada.

No tardó mucho para encontrar unos arbustos con bayas, que debía admitir olían bastante bien así que comenzó a recolectarlas dentro del ahori que llevaba con su disfraz, pues tenía que asegurarse de que no fueran tóxicas, y ahí estaba recogiendo las bayas, hasta que una pequeña avecilla comenzó a cantar cerca de el, - Hola, pequeño, ¿Qué te trajo por aquí- cuestiono dulcemente, mientras la pequeña ave cantaba su sinfonía, era una escena muy hermosa, que para Tanjiro, significaba que tendría con quién pasar toda esa semana, así que sin mucho problema se puso a jugar con el pequeño gorrión, siguiéndolo a todos lados mientras reía.
No era extraño, lo rápido que, Tanjiro, se haya acostumbrado a su entorno sin embargo tampoco significaba que se sintiera confíado o cómodo, todas sus dudas exigían una respuesta, pero la silueta de la bella voz no se encontraba y dudaba mucho que le respondiera, lo único que podía hacer era pensar en positivo.

No era extraño, lo rápido que, Tanjiro, se haya acostumbrado a su entorno sin embargo tampoco significaba que se sintiera confíado o cómodo, todas sus dudas exigían una respuesta, pero la silueta de la bella voz no se encontraba y dudaba mucho que...

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Tanjiro seguía entre risas al pequeño gorrión que volaba cerca de el, parecía que lo guiaba a un lugar, aún que para su sorpresa eso hizo, ya que al parecer llegó adónde se encontraba el extraño de la bella voz, sirviendo la ¿comida? en una mesa de madera en medio del lugar.

Era algo raramente hermoso ver a esa persona con la calabaza en la cabeza, actuando con tanta tranquilidad, ver esa silueta que solo le generaba dudas, -Chuntaru, que bueno que lo trajiste a cenar- pronunció con alegría estirando su mano para que el gorrión se posará en ella, el ojos escarlatas solo comenzó a caminar con lentitud hacía la mesa de madera donde se encontraba el extraño, -No tienes que preocuparte, ésas bayas no son venenosas, pero mejor comerlas de postre- exclamó calmado mientras se acercaba a, Tanjiro, con un plato de comida -para eso las recolectaste, ¿Verdad?- cuestionó la persona de la hermosa voz, tratando de justificar sus palabras, el burdeo observó con cautela el plato de comida junto una copa, de lo que parecía ser vino y para sorpresa de nadie el plato no tenía el más mínimo de comida animal, ni huevos, ni leche, mucho menos pescado, o al menos eso era lo que se podía apreciar a simple vista, ya que era una sopa de vegetales en lo que simulaba un plato de pan, era obvio que el pan era comestible ya que también desprendía un aroma a pan recién horneado.

La comida se veía deliciosa y lo más seguro es que la probaría sin problemas, si no estuviera sentado delante de un extrañó, que técnicamente lo secuestro y sus intentos de ignorancia simplemente no eran útiles, tal vez lo hizo antes, en un estúpido intento de no hacer algo que pudiera enojar a la persona de la bella voz, pero sentarse delante y comer algo de orígen desconocido era algo complicado de ignorar, -Lamento que la comida no tenga carne, tengo entendido que a todos les gusta más eso, pero yo odio la carne y no es como si pudiera conseguir leche o huevos- comento el extraño de la calabaza con algo de pena en su voz.
Tal vez estaba siendo demasiado grosero al no aceptar la comida, además, la persona delante suyo le comento que nunca le había hecho daño a nadie, también le era prudente mencionar que en ningún momento, el extraño, olió a malicia, - No te preocupes- exclamó el burdeo, mostrando la mejor de sus sonrisas, mientras se llevaba a la boca un poco de la sopa con la rústico cuchara de madera, y debía admitirlo era la comida más deliciosa que jamás había comido.

Así que con más ánimos comenzó a comer, - Y ¿Cuál es tú nombre?- pregunto Tanjiro, aprovechando el momento tan calmado que se había formado -¿Eso importa?- respondió seco, el extraño, sin siquiera mirar al ojos escarlatas -claro que importa, es tú nombre y lo mejor sería presentarnos si vamos a pasar una semana juntos- insistió el Kamado, pues ninguno se había presentado, cosa que le molestaba, aún que intentaba verse lo menos enojado posible, pues, su carisma natural le prohíbe ser obvio con emociones como esa (no le gustaba molestar a la gente).

El silencio se volvió pesado después de aquella exigencia, el ojos escarlatas comenzó a preocuparse por la persona frente suyo, tal vez hizo mal o simplemente a ese extraño no le gustaba mucho su nombre, pero ni siquiera el se había presentado cosa que era realmente grosero, pero intento tomar iniciativa por el estrés y la curiosidad, antes que por un genuino deseo de conocer a la persona al frente, los pensamientos eran abrumadores, escenario donde era brutalmente asesinato por su necedad comenzaron a formarse en su cabeza, a tal grado que simplemente era demasiado notorio.
El extraño de la bella voz solo veía extrañado el repentino nerviosismo en el Kamado, aún que no podía negar que de alguna manera el pequeño ataque de este, le parecía adorable, ¿Qué importa?, Después de todo, tengo hambre.

-Agatsuma- pronunció la bella voz, -Soy Agatsuma Zenitsu, y ¿Tú?- se presentó mientras se retiraba la calabaza de la cabeza.

Cuando Tanjiro, cabizbajo, levantó la mirada entendió el significado de belleza en un segundo ¿Cómo un chico podía ser tan lindo?.
Su piel tan blanca como la porsela, su cabello tan brillante como el sol, parecia tan sedoso y sus grandes ojos ámbar, era demasiado extravagante, pero también era tan lindo, que su serena sonrisa lo calmó al instante.

-Yo soy Kamado, Kamado Tanjiro- se presentó con un ligero rojo cubriendo sus mejillas.

Por fin, pude actualizar, sinceramente me tarde más de la esperado para subir este capítulo, así que aquí unos pequeños datos generales de la historia

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Por fin, pude actualizar, sinceramente me tarde más de la esperado para subir este capítulo, así que aquí unos pequeños datos generales de la historia.

1* La calabaza que Zenitsu lleva en la cabeza la hizo el, de echo la usa para no ver el huerto (después se explicará porque), pues aún que está tenga una cara tallada la oscuridad de la noche le prohíbe ver.
2* Tanjiro tiene ligeros cambios en su personalidad, pues en este universo, es un poco más analítico, aún que aveces prefiera ser ignorante.
3* Por si tenían la duda Kanao está enamorada de Nezuko desde hace tres años, bueno más bien se dio cuenta de eso hace tres años y el primero en enterarse fue Tanjiro.
4* Zenitsu puede usar los tallos y raizes de las calabazas a su gusto, la mesa como las sillas, no son de madera, realmente son tallos tallados a mano por, Zenitsu.

Espero que les haya gustado, bye bye 😖👉👈

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