Quiero tenerte en mi vida ♡

Lo juro, estoy feliz por ti Coleman

                                      Lily

Lo extrañaba tanto, pero Lucas se veía tan feliz con Alice a su lado, jamás lo había visto sonreír de esa manera cuando él estaba conmigo.

- ¿Estás bien Lily?, has estado muy callada el día de hoy-Eros me preguntaba.

-Si no te preocupes solo mi cerebro está hablando mucho, pienso en muchas cosas, ya sabes la escuela y eso- le respondía mientras me mordía el labio y lo tomaba de la mano.

Eros y yo teníamos tiempo saliendo, era un tipo agradable, me hacia reír con las tonterías que brotaban de su boca.

Por mi cabeza jamás paso que él y yo seriamos pareja, yo misma me reía de nosotros, era como si estuviera viviendo el cliché que todas estamos cansad de leer la chica buena y el tipo popular.

Eros me gustaba desde que entramos a la escuela, pero mi cerebro lo descarto de inmediato, era más que obvio que yo no era lo suficiente para él.

Pero el destino es raro, hace lo que le place con la vida de las personas, cruza los hilos sin que te des cuenta, de un día a otro estas al lado de personas que ni siquiera habías visto.

Y las personas son como la música, estas rodeado de miles de canciones, algunas de gustan, a otras las aborreces por completo, hay miles que ya escuchaste y millones que todavía no descubres, pero hay unas que se adueñan de tu alma y tu corazón, esas que sabes que serán parte importante de tu existencia, esas las cuales nunca te cansas de escuchar en ese lapso del tiempo que decidas permanecer en la Tierra,

Cuando Eros y yo hablamos por primera vez, pensé que solo hablaría conmigo por el trabajo de química y ya, pero él siguió conmigo después de eso. No se aburrió de mí.

Poco a poco comenzamos a salir cada vez más, el solía llevarme a casa después de clases, se quedaba a platicar incluso un rato más, le gustaba que hablara de cómo es que yo veía el mundo.

Eso era lo que más me gustaba de él, que intentaba entenderme, que me escuchaba, que no pensaba que yo era rara o que algo estaba mal conmigo.

Me había pedido que fuera su novia tres meses después de nuestra primera cita. Ese día fuimos al parque en junto al último estanque, me vendo los ojos con un paliacate amarillo, y me llevo un ramo de flores, eran girasoles, rosas y tulipanes.

Mi mente no lo podía creer de verdad me amaba y se esforzaba para que yo lo supiera.

Pero no todo estaba bien conmigo, yo sentía que yo no lo amaba de la misma forma, que yo le daba menos amor del que él me otorgaba.

Las voces en mi cabeza no paraban de repetir que él se aburriría de mi porque yo no era nadie, que yo nunca sería suficiente para él.

Teo decida que no las escuchara, que solo tenían fuerza si yo se los daba, que ellas me mentían.

Teo estaba cada noche conmigo, pegado al teléfono, asegurándose que tomara mis medicamentos para poder dormir.

Julie solo contestaba a medias, siempre llorando, pidiendo perdón por no poder estar conmigo y por desaparecer a cada rato.

Yo sentía una gran impotencia de no poder hacer nada para que ella no se sintiera así, de hecho, mientras estaba en la escuela, en los momentos muertos donde no hacía nada. Yo solía escribirle cartas, como si ella estuviera ahí conmigo, como antes, eso me tranquilizaba de hecho se lo había comentado a la psicóloga, ella dijo, que si eso me hacía sentir un poco mejor lo siguiera haciendo.

Así que solo lo hacía, cada día yo le enviaba una foto de la carta que le escribía, quería que ella tampoco se sintiera sola, que mis palabras fueran mi mínimo intento de que yo pudiera estar con ella.