-+*Micro historias *+-

+-Ok... ¿verdad?-+

―Entonces nunca lo superaste ¿no es así? ―pregunte un poco obvio.

―Yo si lo perdoné, pero después de todo nunca podré olvidarlo ―dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Me acerqué a ella y le di un abrazo de costado, ella era tan hermosa cuando lloraba, aunque la prefería con una sonrisa.

Ella siguió sollozando mientras la abrazaba, ambos arrancábamos pequeños manojos de césped y los tirábamos como si fueras especias en una sopa.

―Tú... ¿Tú lo querías? ―preguntó antes de limpiarse las lágrimas.

―Claro que lo quería, pero tú y yo sabemos que hicimos lo correcto ¿cierto? ―La mire un poco asustado de que estuviese arrepentida.

―Sí, lo sé ―suspiró y se tapó la cara con las manos ―si tan solo las cosas hubiesen sido diferentes.

Después de unas horas ambos nos levantamos y salimos del cementerio para dirigimos a mi coche, le abrí la puerta y ella se sentó del lado del copiloto, una vez los dos estuvimos adentro del coche, nos mantuvimos en silencio.

―¿Trajiste tus documentos y tu ropa?

―si.

―¿Nadie te preguntó nada?

―No, creen me voy a un año sabático.

―Ok ―dije mientras buscaba las palabras adecuadas― no le dijiste a nadie sobre... el asesinato ¿verdad?

―Sabes que nunca lo haré ―dijo mientras me daba una sonrisa comprensiva, pero a la vez pesarosa.

No espere más y pise el acelerador, emprendiendo así nuestro camino al aeropuerto para alejarnos del cadáver de mi hermano que habíamos ocasionado días atrás.