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─ ✦ ─ Paulo pov Una semana después
El ruido de la alarma de mi celular me despertó, apagandolo sin siquiera abrir los ojos y pensaba seguir durmiendo pero un dolor en la entrepierna me lo impedía, todas las mañanas eran lo mismo. Lo peor de todo es que mi amigo estaba feliz sin razón alguna, pero por lo menos me avisaba que todavía funcionaba con normalidad y eso aliviaba, la verdad.
Me levanté medio adormilado para ir hasta el baño, cuando quise abrir la puerta se escuchó un "ocupadooo" de Dolores y pensaba volver al cuarto pero mi mamá apareció atrás mío.
- ¡Que los cumplas feliz! ¡Que los cumplas feliz!
En ese momento me quería matar, si había algo más vergonzoso que te cantarán el cumpleaños, era que te lo canten y vos estés con el amigo por la nuca. Re incómodo.
Romina y Lautaro también se sumaron a cantarme mientras traían una torta con un par de velas prendidas. Me pregunto que los hizo pensar que cantarme el cumpleaños apenas me levantaba era una buena idea.
- Gracias, gracias - dije tratando de cortar la situación.
Soplé las velas para que mi vieja no se ofendiera y aproveché que Dolores había salido del baño para meterme enseguida.
- ¡Feliz cumple, tiooo! - gritó mientras yo entraba al baño.
- Graciaaaas - le respondí desde adentro.
Bueno, ahora a resolver ese gran asunto.
*****
A eso de las siete de la tarde, todos mis amigos y mi familia me empezaron a preguntar si iba a hacer algo para festejar mi cumpleaños. Siendo sincero al principio no tenía ganas de hacer algo porque estaba de vacaciones y quería estar tranquilo, pero al ver tanta insistencia y tanto cariño por parte de mis cercanos, no pude evitar organizar algo.
- Invitala a Luli - me pidió Lautaro señalandome con el dedo.
- La invito a Cande que es lo mismo.
Esas dos siempre andaban juntas, tenían la misma relación que yo con Lautaro.
No tenía idea de que íbamos a comer pero para mí eso era lo menos importante, quería pasarla bien con mis amigos y tomar algo. Pero bueno, mi mamá me martillaba los sesos con que necesitaba saber para comprar y preparar todo antes.
- Mamita linda, cuando sepa te aviso y voy yo a comprar ¿Estamos? - pregunté calmado haciéndola reír.
- Bueno, hijo. Pero no esperes que se hagan las diez de la noche.
