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La primera señal que mostró de haber regresado fue mover los dedos. Yuan salió corriendo para informar al médico sobre el hallazgo. Ese no era su amigo, no era su Chuuya, pero igualmente quería cuidarlo como si lo fuera.
Para cuando despertó, Yuan estaba llorando, luego de estabilizarlo y explicarle la situación él volteo a ver a Yuan, preguntó: ¿Quién eres? Era totalmente comprensible, aunque luciera como su Chuuya no lo era, claro que no lo era, y ese chico nunca fue su amigo.
—Señorita ¿Me puede acompañar un momento? —le llamo el doctor, haciéndole salir—. El señor Kashimura presenta un cuadro de amnesia del cual aún desconocemos su alcance, hay que tener paciencia en él, es posible que recupere sus recuerdos con el avanzar del tiempo, o es posible que no recuerde nada nunca.
Yuan sabía que ese chico tenía una pareja, se le revolvió el estómago imaginando lo que sentiría Shirase al saber que su novio había perdido la memoria.
Aun recordaba que Dazai dejo de salir de su habitación y de alimentarse, en más de una ocasión intento suicidarse...
No quería que algo así pasará de nuevo, pero ella era una simple espectadora en la trágica historia de la vida.
—¿Dazai? —preguntó cuando le respondió la llamada.
—¿Que ocurre Yuan? ¿Estás bien? ¿Quieres que vaya a recogerte?
—No —mencionó de forma simple, en su voz se escuchaba un tono de tristeza profundo, a pesar de que tenía una buena noticia simplemente no podía sentirse feliz—. El hermano de nuestro Chuuya... Acaba de despertar.
Silencio, solo obtuvo un profundo silencio del otro lado de la línea.
—Perdón, no tenía a nadie a quien contárselo... Dazai, si Chuuya despertó, ¿Por qué no me siento feliz?
Más silencio, hasta que un suspiro rompió el silencio —Seria pretencioso ponerle un nombre a lo que estás sintiendo o tratar de describirlo, Yuan, pero te puedo hablar desde mi propia opinión... Yo tampoco estoy feliz, por qué quien despertó no es nuestro Chuuya.
Yuan rompió en lágrimas, si, su Chuuya llevaba ya un año muerto, no volvería a sentir un abrazo suyo, no volvería a platicar sobre sus sueños con su Chuuya, no volvería a ver esos ojos azules que le miraban con el amor de un hermano.
Dazai perdió al amor de su vida, y ella perdió a su hermano, quien había despertado no era más que un desconocido con la piel de su amado hermano, pero nunca sería él, nunca sería quien se convirtió en la alegría de Dazai.
De algún modo era Chuuya... Y de algún modo... No era Chuuya.
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