María fue a abrir la puerta, encontrándose con los ojos de Melissa, su corazón dio un vuelco al notarlo. Melissa, con algo de pena, ingresó al estudio, viendo el ambiente de este brevemente. María fue de regreso al sofá y esperó a que la chica hablase...

— Vine a ver cómo estabas... te vi en el estacionamiento y no me saludaste. — dijo Melissa mientras jugaba con sus manos, se sentía mal viendo cómo se encontraba la chica.

— Discúlpame, teníamos prisa, YoonGi dijo que se hacía tarde... ¿Cómo te va con Tae? — María intentaba cambiar de tema, su semblante era serio, era eso o tirarse al suelo en llanto a rogarle por otra oportunidad, pero su orgullo le repetía que mantuviese la cordura.

— Muy bien, ya somos novios. — confesó Melissa con una pequeña e inevitable sonrisa, era el cielo para ella, al contrario para María, que sintió la presión en su pecho crecer.

— Me alegro por ustedes... — murmuró María rascándose el codo, era una especie de reflejo que tenía cada que mentía, era imposible para ella evitarlo y la chica lo notó, pero no iba a indagar en el tema, sentía ya suficiente tensión.

— Y... ¿Qué tal va todo con YoonGi? — preguntó Melissa con una sonrisa, había un algo, una vocesita que esperaba escuchar que seguía pensando en ella, pero eso sería demasiado egoísta y lo sabía.

— Estamos pensando en ser pareja... creemos que podría... funcionar. — dijo María viendo a un punto al azar en el aire, evitando su mirada, controlando su corazón para no jugarle una mala pasada.

— Me alegro mucho por ustedes... y... quiero pedirte disculpas por todo.— confesó Melissa, su voz se quebró de a poco, no entendía el porqué, saliendo del lugar inmediatamente al sentir sus ojos lagrimear, pues odiaba llorar frente a más personas.

— Te amo... — susurró María, dejando salir con alivio las pocas lágrimas de dolor que alcanzó a sacar por la resequedad en sus ojos, el ardor que esto le provocó le era irrelevante en comparación al dolor en su pecho.

Deseaba confesarle sus sentimientos, hacerle saber todo lo que hizo, sus planes a futuro con ella, implorarle que olvidaran el pasado, pero su maldito orgullo, como se decía a sí misma, no le dejaba hablar y la mantenía callada cuando ella estaba cerca. La puerta volvió a abrirse, revelando a YoonGi, que regresó por su celular. El mayor notó el comportamiento de la chica, preocupándose al notar sus lagrimas esparcidas por sus mejillas...

— Enana... — intentó hablar YoonGi, abrazándola y dejándole sollozar escondida en su pecho a gusto.

— La amo... no puedo dejar de amarla, no sé cómo hacerlo. — soltó María entre sollozos meramente audibles, quería desaparecer, quería que fuese una pesadilla, quería despertar al día siguiente y decirse a sí misma que todo era un mal sueño.

Escuchando la voz de su amigo HoSeok del otro lado de la puerta, ambos jóvenes decidieron ocultar lo mejor posible la situación y salir de allí con una sonrisa leve. Llegaron a la sala de ensayo, donde todos sus demás amigos los vieron momentáneamente y volvieron a sus asuntos segundos después. María vio a Melissa de reojo, su hermano y ella estaban platicando cómodamente, no podía evitar fijarse siempre en ella pero el seguir viendo esa imagen le ardía. Pero algo extraño pasaba, no le ardía tanto como hace unos segundos. Tal vez solo era el efecto de la sonrisa de la chica, algo que siempre le hizo sentir paz, o podría significar que era capaz de superarla poco a poco. Sea como fuese, debía simular que era la segunda opción, era su única salida para tener una vida aparte de ella.

El coreógrafo empezó a trabajar con los chicos mientras María los veía, sentada frente al gran espejo que cubría la pared entera de la sala de ensayos. Melissa se acercó a ella, se sentó a su lado y le dedicó una cálida sonrisa, María la imitó con dificultad, quedando en silencio al empezar la música y ver a Yoongi bailar. Veía a los demás de vez en cuando, pero Yoongi por alguna razón le hacía sentir segura, en paz, aunque fuesen unos minutos. Sonrió al verlo ponerse en el centro, este le regresó la sonrisa, Melissa los veía en silencio. Melissa estaba en un argumento interno, estos meses con Taehyung habían sido fantásticos, pero sentía que algo le faltaba. Fue cuando se puso a pensar en la posibilidad de que probablemente nunca debió acceder a terminar con María. Recordaba como se enamoraron, como la hacía sentir cuando estaban juntas, era una montaña rusa de emociones, admitía que su carácter era difícil de asimilar al principio, pero con todo y eso, nunca dudó del amor que se tenían hasta ese día en que Taehyung se presentó en su vida. Decidida en cambiar esos pensamientos, pensó en volver a ganarse la confianza de la chica, tener una amistad sana. "Sería difícil, pero no imposible." pensó la chica. Se acercó a María, sentándose justo a su lado, la chica estaba intranquila por esa acción, pero no se le veía incómoda, por lo que no se alejó de ella...

— Bailan muy bien, jamás dejan de impresionarme. — habló Melissa en tono bajo, María sonrió leve y asintió, volteando a verla.

— Son muy talentosos, trabajan muy duro por mantenerse al día... son increíbles. — respondió María, vio a Jimin ponerse al centro, este le sonrió y le mostró la lengua de manera burlesca, la chica rió leve por ese gesto y lo imitó.

— ¿Cómo fue que mantuvieron tan en secreto su relación? Jamás podría imaginarme que son hermanos. — volvió a hablar Melissa, viendo a Taehyung hacer un dueto de baile con Jimin, un tipo de dance break en el segundo verso luego del coro, el le sonrió sin dejar de bailar.

— Desde que supieron que iban a estar en el grupo decidimos mantenerlo en secreto, no queríamos atención sobre la familia. Lo acordamos con Bang PD y le pareció bien, a los chicos igual. Tengo más hermanos pero no los conoces. — respondió María, Melissa la vio con el ceño fruncido, ¿eran más?

— ¿Porqué nunca me los presentaste? Lo habría entendido. — cuestionó Melissa, estaba de algún modo confundida, pero no la presionaba, pues, ella hizo lo mismo.

— Iba a hacerlo, con algo de tiempo. Quería vernos todos un mismo día, pero coordinar eso es casi imposible. — respondió María en voz baja, extrañaba a sus otros hermanos, más a su hermano menor.

La música se detuvo, dejando notar un sonido alto, dos celulares sonaron, Taehyung corrió a ver su celular, eran varias llamadas perdidas y mensajes de su hermano. Jimin vio su celular también, estaba en el mismo estado, pero estos dos, al marcar, sonaba ocupado. Fue cuando sonó el celular de María, esta lo contestó de inmediato. Una voz gruesa habló del otro lado de la línea, ella sonrió.

— Hola, es tan bueno escucharte. ¿Cómo has estado? — María hablaba con una sonrisa, pero su hermano la detuvo a mitad de la conversación.

— Platiquemos luego, los necesito a los tres, dile a los guardias que me dejen pasar. — dijo el chico mientras veía al guardia que se adentraba al edificio para verificar si era cierto que se conocía con los artistas que se iban a encontrar con el.

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2022 ⏰

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