[ CHAPTER THREE ]

24 3 5
                                    

Fucking Stanley Uris.

TAYLOR SE ENCONTRABA entrando al edificio en donde trabajaba.

Miró su reloj, algo nerviosa, por el hecho de que iba media hora tarde.

Ella era la jefa, pero de igual modo siempre tenía la obligación propia de llegar a tiempo.

Subió el ascensor marcando el piso 11 en este.

Al llegar el elevador, salió de este y se dirigió a paso apresurado hacía su oficina.

Llegas tarde — dijo John, el asistente de Taylor, mirándola con una pequeña sonrisita burlona.

— Ya lo sé John — suspiró Tay antes de sentarse en su silla.

— Alguien te mandó un croissant junto con un té helado — murmuró el castaño pasándole una caja color celeste junto a un vaso de plástico.

— ¿Alguien? — preguntó Taylor mientras tomaba las cosas.

— La zanahoria himperactiva — respondió y la castaña no pudo evitar curvar sus labios en una pequeña sonrisa.

— También — comenzó hablar el hombre captando la atención de Gibbs — ya conseguí al fotógrafo.

Taylor asintió, en un mes tendría un evento para anunciar su próximo lanzamiento y su trabajo se estaba consumiendo en este, así que la tranquilizaba el hecho de que ya ubieran encontrado al fotógrafo para las fotos de promoción.

— Entonces, — empezó hablar Taylor esta vez — ¿Podrías hacerme el favor de agendarme la reunión de hoy para mañana?

John entre cerró los ojos y luego de unos segundos asintió.

— ¿Qué tienes que hacer hoy para tener que cambiarla? — Karrins la miró mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

— No seas chismoso John — el castaño bufó.

— En este edificio es difícil no serlo — murmuró John haciendo que Tay negara divertida — ¡Tú lo sabes!

Ambos rieron y luego el castaño salió de la oficina para dirigirse a posponer la reunión de su jefa.

Mientras, Taylor tomó su teléfono y revisó la hora. Suspiró estresada para luego ponerse a revisar algunos de los papeles que se encontraban en su escritorio.

💌

Unas horas más tarde, se despidió de John quien contuvo las ganas de preguntarle a donde se dirigía la castaña, y salió del edificio.

Se dirigió hacía el Starbucks que le quedaba a unos 10 minutos de allí caminando.

Al llegar al local entró y formó la fila para ordenar.

Mientras esperaba observaba su teléfono sin prestarle realmente atención a lo que sucedía a su alrededor.

Al ser su turno de ordenar, pidió un frappé junto a un sandwich.

Cuando terminó de ordenar y pagar, se dio la vuelta para ir a sentarse a una de la mesas, pero cuando volteó chocó con alguien.

Alzó la mirada y allí estaban esos ojos color miel que había observado bajo la luz de la luna hace unas semanas atrás.

Stanley — susurró Taylor para luego despegarse rápidamente del de rizos.

— Hola — le saludó el judío mientras pensaba en porque rayos el destino siempre ponía a Taylor en su camino.

SOMETIMES; it chapter two Donde viven las historias. Descúbrelo ahora