Cap. 17 ¿Graduación, al fin? Parte I

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Natalia

En dos horas tengo que llegar a la universidad, y no eh encontrado un traje que sea de mi agrado lo suficiente, si lo se puede que ahora mismo me estén juzgando por no tener mi traje de graduación, pero que les digo, para tener veintidós años soy un desastre, y en mi defensa los juegos con Javi e Ashley, estaban muy buenos, después de salir de la oficina de Morrison, seguí con mis clases, la verdad es que estuvieron sumamente aburridas, luego en la tarde a Javier se le ocurrió la maravillosa idea que ir a un árcade, y nos la hemos pasado muy bien, a excepción de que Ash me ha vencido en un juego, y pienso hacerla pagar por eso.

Mi madre, Ashley, Javier y yo estamos en el centro comercial, Ashley está buscando algo sobre maquillaje supongo, Javier le está viendo el culo al mesero que nos ha estado atendiendo, y mi madre está dándome una reprimenda por no ser responsable y tener ya mi traje como Ash y Javi, y yo pues estoy pensando en él porqué debo de llevar un mugroso traje, aunque la verdad no me disgusta la idea, pues hemos quedado que en la fiesta de graduación nos veremos con Sofía y sus amigas.

—¿Me estas prestando atención Micaela? — es lo único que le puedo entender a mi madre. Me volteo hacia ella y esta con el entrecejo fruncido, tanto que parece que solo tiene una, la escena es algo cómica, sí.

—Y se puede saber de qué te ríes tonta— y si, el insulto que faltaba.

—Nou— alargo la u —Mamá, si quieres ya podemos irnos, la verdad ninguna de las tiendas que hemos visitado me ha gustado su repertorio de "trajes de graduación"— confieso por qué la verdad no es que estoy muy emocionada.

—Nada de irnos Natalia, un mes antes de la graduación te dije que compraras un estúpido traje—

—Mamá, tengo veintidós años, ya no tengo trece ni diez, así que por favor te pediré que no me trates como una niña, que no lo soy, y si yo quiero me voy en pantalón deportivo y camiseta— menciono y me levanto de golpe y me dirijo hacia fuera del restaurante, ignorando totalmente a mi madre y mis amigos, ya estoy cansada de que las demás personas me sigan tratando como una adolescente puberta.

Voy caminado por el centro comercial en dirección al baño, pero una tienda en específico llama mi atención, y no específicamente es una tienda de trajes, es una tienda de juguetes y objetos para el sexo, puedo ver como las letras; pleasure en color rojo brillante y arriba de ellas sex-shop en color negro con rojo y una que otra llamita en cada letra descansan en la parte superior de la entrada, la verdad es que se ve muy interesante el lugar.

Me dirijo hacia adentro de la tienda y la señorita que está detrás del mostrador, está comiendo un helado, uhm, mala idea el haber entrado, está a pocos centímetros de llevárselo a la boca y su mirada choca con la mía, y ella baja su helado.

Vaya, creo que ya no habrá espectáculo.

Tu cállate.

—Buenas tardes... señorita— dice retomando la postura de alguien profesional —Bienvenida, ¿puedo ayudarle en algo?—

—Hola, eh sí, no te preocupes se lo que vengo a buscar— respondo y ella vuelve a retomar su postura de pereza absoluta. No es la primera vez que entro a un sex-shop, pues tengo ya algunos juguetes, las pinzas para pezones son mis preferidas.

Mhmmm si, delicioso.

Camino por los diferentes pasillos, me detengo en uno en específico, donde se encuentran las esposas, me llaman mucho la atención unas en particular, son de cuero color negro con un pequeño trozo de cadena plateada alrededor de cada una y son con textura suave en al reverso, al parecer con quien las use no sufrirá mucho, también decido comprar lubricante con sabor a chocolate, no hay nada más sabroso que él chocolate, una caja de condones, cuerdas de color negro y blanco. Me dirijo hacia la caja y la señorita come-paleta-perezosa le está haciendo honor a su sobrenombre.

My Dirty Doll  [En Proceso Y Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora